(Catholic World Report/GP) Las religiosas de las Hermanas Dominicas de María, Madre de la Eucaristía en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos, tenían el mejor de los problemas: su convento ya no tenía capacidad para albergar nuevas vocaciones después de un notable crecimiento y una comunidad con 140 religiosas. Por este motivo recaudaron fondos y construyeron un nuevo convento en Georgetown, Texas, donde la comunidad podrá crecer y continuar su apostolado.
Según informa Catholic World Report nuevo convento fue construido con fondos recaudados desde 2012 y fue bendecido en una solemne ceremonia el pasado 16 de febrero. El Obispo de Lansing, Mons. Earl Boyea, presidió la celebración, acompañado por Mons. Joe Vasquez, Obispo de Austin, Mons. Michael Mulvey, Obispo de Corpus Christi, Mons. Joseph Strickland, Obispo de Tyler, Mons. Brendan Cahill, Obispo de Victoria y Mons. Stephen Lopes, Ordinario del Ordinariato Personal de la Sede de San Pedro.
La edificación fue dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, ya que las religiosas destacan su papel como Patrona de las Américas y afirman que «posee un lugar especial en el corazón de nuestra comunidad», según el comunicado oficial de las religiosas. «Buscamos su protección y orientación maternas cuando nuestras Hermanas establecen su residencia, comienzan sus estudios y continúan educando y enseñando a las personas confiadas a su cuidado».
El convento marca la primera expansión de la comunidad religiosa, establecida en 1997. Las religiosas ya prestaban su servicio en cuatro escuelas católicas de Texas gracias a la invitación en 2009 del entonces Obispo de Austin, Mons. Gregory Aymond. «A medida que nuestra presencia ha crecido de manera constante, nuestro apostolado ha florecido, permitiéndonos expandir el trabajo al que Dios nos ha llamado: alabar, bendecir y predicar a través de la catequesis, la evangelización y el testimonio», destacaron las religiosas.