(NCR/InfoCatólica) Las acusaciones que llevaron a la condena del cardenal George Pell por abuso sexual son «absolutamente increíbles» y «sin pruebas», ha asegurado el cardenal Müller.
El purpurado alemán tiene la convicción de que dicha condena va «absolutamente contra toda razón y justicia» y se asemeja a una comprensión de la justicia que se remonta a la época del Rey Enrique VIII.
«Como cualquier otro, no puedo ver la culpabilidad», ha declarado Müller al National Catholich Register
Un jurado condenó al cardenal Pell en diciembre por agredir sexualmente a dos niños en la sacristía de la catedral de San Patricio en Melbourne en 1996. El veredicto se hizo público el mes pasado
El cardenal australiano, quien ha reivindicado enérgicamente por su inocencia y está apelando contra el veredicto, actualmente se encuentra recluido en régimen de aislamiento hasta conocer su sentencia, el próximo 13 de marzo.
Tras un juicio nulo en septiembre, el jurado popular del segundo juicio fue unánime, a pesar de que el cardenal respondió a los cargos en su contra argumentando que eran una serie de «falsedades desordenadas», y con la mayor parte de la evidencia apoyada en un solo demandante.
Durante una audiencia previa a la sentencia, el juez Peter Kidd describió el crimen como «ofensivo, descarado e insensible», y agregó que fue una «conducta impactante contra dos niños», y que Pell lo hizo «en circunstancias tan descaradas que obviamente sintió cierto grado de impunidad».
Pero los partidarios del cardenal alegan que es imposible que pudiera haber cometido tal crimen, especialmente en un lugar tan público.
«Nadie lo vio», señaló el cardenal Müller, y añadió que no podía creer que pudiera suceder lo que dicen que pasó delante de «todas las demás personas» presentes en el escenario de los supuestos hechos después de la misa.
El cardenal alemán dijo que se suponía que el crimen «se había cometido no en una casa privada, sino en una catedral pública. Las acusaciones en su contra son absolutamente increíbles, es imposible. No tienen pruebas, van contra toda evidencia», dijo el cardenal Müller.
«Si no hay pruebas, no se puede condenar a una persona a 50 años en una mazmorra», continuó.
«Es una comprensión de la justicia que se remonta a la época de Enrique VIII» y «muestra una corrupción del sistema jurídico ante la opinión pública general», concluyó.