(ForumLibertas) «Las personas activamente religiosas son más propensas que sus pares menos religiosos a describirse como “muy felices”». Este es uno de los «5 hallazgos» del Pew Research Center que responden a la pregunta de si las personas religiosas son más felices y más sanas que el resto.
Un nuevo estudio global de este centro de investigación constata que, en 19 de 26 países analizados, las personas muy activas religiosamente que dicen ser «muy felices» superan en buena medida a las de menor religiosidad y a los no afiliados religiosamente, los llamados «nones».
De ese completo estudio, que se publicó el pasado 31 de enero, surge el informe «Are religious people happier, healthier? Our new global study explores this question» («¿Son las personas religiosas más felices, más sanas? »), que resume en buena medida los resultados de las encuestas realizadas en los 26 países y que analiza «la relación entre religión y salud, felicidad y compromiso cívico».
Sobre esta cuestión, cabe recordar que, por ejemplo, en Latinoamérica la religión es clave para explicar la felicidad, como informábamos el 20 de marzo de 2018. O que, según un estudio de Gallup de 2012, cuanta más religiosidad, mayor bienestar.
Religiosos activos, inactivos y «nones»
El informe recuerda que «los estudios han acreditado a menudo que la religión hace que las personas sean más saludables, más felices y más comprometidas con sus comunidades».
«Pero, ¿están mejor las personas religiosamente activas que aquellas que están inactivas religiosamente o aquellas que no tienen afiliación religiosa? », se pregunta a continuación.
Para responder mejor a esta cuestión, los investigadores dividieron a los encuestados en 3 categorías: los «religiosos activos», que se identifican con una religión y asisten a una casa de culto al menos una vez al mes; los «inactivos religiosos», que se identifican con una religión, pero asisten con menos frecuencia; y los no afiliados religiosamente, también llamados «nones».
Al respecto, hay evidencias de que la participación religiosa está relacionada con un mayor nivel de felicidad, aunque «no en todas de estas áreas» se manifiesta esa correspondencia en igual medida, como es el caso de la salud.
Los «5 hallazgos» del Pew Research Center, son:
1. Religiosos y «muy felices»
«Las personas activamente religiosas son más propensas que sus pares menos religiosos a describirse como “muy felices” en más de la mitad de los países encuestados», como se puede observar en este gráfico, reproducido a partir del estudio.
De hecho, en 19 de los 26 países se da esa circunstancia, mientras en 6 de ellos es al contrario y en 1, Chile, el porcentaje de los que son activos religiosamente y el de los «nones» es el mismo (25%).
El porcentaje más elevado de «los que dicen que son muy felices entre los que son religiosos» se da en México, con el 71% de los activos que así lo afirman, frente a un 64% de los inactivos (brecha de 7 puntos porcentuales) y un 61% de los no afiliados (brecha de 10 puntos).
En segunda posición aparece Colombia (58%, 55% y 53%, respectivamente). Paradójicamente, Ecuador muestra en tercera posición unos porcentajes a la inversa: el 62% de los «nones» dicen que son muy felices, mientras el porcentaje se reduce entre los inactivos (58%) y entre los activos (56%).
La brecha más amplia entre unos y otros se da en Australia, donde dicen ser muy felices un 45% de los que son religiosos, frente al 33% de los «nones» (brecha de 12 puntos porcentuales) y el 32% de los religiosos inactivos (13 puntos de diferencia).
También son significativas las brechas de Japón, Estados Unidos, Uruguay y Taiwan, entre otros.
El informe lo resume así: «a veces, las brechas son sorprendentes: en Estados Unidos, por ejemplo, el 36% de los religiosos activos se describen a sí mismos como “muy felices”, en comparación con el 25% de los religiosos inactivos y el 25% de los no afiliados. Notables brechas de felicidad entre estos grupos también existen en Japón, Australia y Alemania».
Por su parte, los españoles no parecen ni muy felices ni muy activamente religiosos. En el gráfico están los penúltimos, en sentido inverso a la tendencia general, y solo un 13% dice ser muy feliz entre los religiosos; un 15% entre los inactivos; y un 18% entre los ‘nones’.
2. Religiosidad y salud, sin conexión clara
«No existe una conexión clara entre la religiosidad y la probabilidad de que las personas se describan a sí mismas con un estado de salud general “muy bueno”», dice el estudio.
El informe señala que, «incluso después de controlar los factores que podrían afectar los resultados, como la edad, el ingreso y el género, solo hay tres países de los 26 donde es probable que los religiosos activos informen mejor salud que todos los demás: Estados Unidos, Taiwán y México».
También agrega que «las personas físicamente activas tampoco parecen estar más sanas por otras dos medidas más específicas: la obesidad y la frecuencia de ejercicio».
3. Pero, fuman y beben menos
Sin embargo, «los religiosos activos son generalmente menos propensos que los no afiliados a fumar y beber», matiza el informe.
«Las religiones a menudo desaprueban ciertos comportamientos poco saludables, y esa tendencia parece reflejarse en los datos sobre fumar y beber», agrega.
A continuación, detalla que, de los 19 países sobre los que se disponen de datos, «en todos menos en 2 los religiosos activos tienen menos probabilidades que los no afiliados de fumar; y, en todos los países menos uno, son menos propensos que los religiosos inactivos a hacerlo».
«Los religiosos activos también tienden a beber menos, aunque los resultados no son tan claros: en 11 de los 19 países, las personas que asisten a los servicios al menos una vez al mes tienen menos probabilidades que el resto de la población de beber varias veces por semana», concluye en este apartado.
4. Más solidarios y participativos
«Las personas que asisten a servicios religiosos al menos una vez al mes a menudo son más propensas que los “nones” a unirse a otros tipos de organizaciones (no religiosas), como organizaciones benéficas y clubes», como muestra este otro gráfico.
En el gráfico se puede ver que esto es así, en mayor o menor medida, en 16 países; mientras en los otros 10 son más propensos a estar activos en alguna organización no religiosa los «nones» y los inactivos.
Entre aquellos que son religiosos, en 8 de los 26 países el porcentaje de los que dicen estar activos en al menos una organización no religiosa supera el 40%: Nueva Zelanda (77%); Taiwán (62%); Australia (59%), aunque superada por los inactivos y los «nones» (61% ambos); Estados Unidos (58%); Holanda (52%); Alemania (47%); Colombia (42%); y México (41%).
«En Estados Unidos, por ejemplo, el 58% de las personas activamente religiosas también participan en al menos una organización voluntaria no religiosa, en comparación con solo el 51% de los religiosos inactivos y el 39% de los no afiliados», resume el informe.
Otros países con un porcentaje significativo donde los «nones» superan a los más activos religiosamente en esta cuestión son Eslovenia (43% los ‘nones’ frente al 40% de los activos); Chile (36% y 33%, respectivamente); y Argentina (28% y 23%).
El resto de casos está por debajo del 25%, entre ellos España, donde el 22% de los «nones» son más participativos y solidarios que los activos religiosamente (16%) y que los religiosos inactivos (15%).
5. Las personas religiosas votan más
«Los religiosos activos generalmente son más propensos que otros a votar», aseguran los responsables del estudio.
El informe constata este hecho mencionando el ejemplo de España, donde «el 83% de los religiosos activos informan de que siempre votan en las elecciones nacionales, en comparación con el 62% de los inactivos y el 53% de los no afiliados».
Otro ejemplo es el de Estados Unidos: «el 69% de los religiosos activos dicen que siempre votan, en comparación con el 59% de los inactivos y el 48% de los no afiliados».
«De hecho, no hay países en los que los religiosos activos tengan significativamente menos probabilidades de votar que otros», agrega el estudio.
«Los países donde no hay diferencias significativas en los patrones de voto por religión incluyen Brasil, los Países Bajos y Nueva Zelanda, así como varios otros países donde el voto es obligatorio», concluye.