(Diócesis de Cádiz y Ceuta) La presencia del obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, en una nueva sesión de la Escuela de Evangelizadores congregó a más de doscientas personas, el pasado sábado en el Colegio de las Esclavas de Cádiz.
Amar con el corazón de Cristo se tituló la ponencia, que estuvo basada en la exhortación apostólica del Papa Francisco, Gaudete et exultate, y diversos puntos del catecismo.
De esta manera, la exposición de Mons. Munilla giró en torno a la santidad. «Es imposible ser misionero sin una vida de santidad. Tenemos que servir de instrumento para que Cristo llegue a los demás. Debemos presentarnos ante el pueblo de Dios implicados en la tarea de conversión. La llamada a la santidad es estar llamados a ser hijos y vivir como tales».
Asimismo, el prelado donostiarra relacionó la «santidad» con la «felicidad». «Cuando uno descubre que ser santo y ser feliz es lo mismo se llega a un momento clave en nuestra conversión. La no santidad es la causa de nuestro sufrimiento. Sin Jesucristo no es posible la felicidad».
Haciendo referencia al título de su exposición, Mons. José Ignacio Munilla aseguró que «la clave de la santidad es el corazón de Cristo, porque es un corazón indiviso. Si no somos felices es porque tenemos el corazón dividido. La devoción al corazón de Cristo es una clave de la santidad».
En este sentido, el obispo de San Sebastián apuntó tres aspectos mediante los que nos podemos acercar a Jesucristo:
- Por fotografía: por las enseñanzas éticas y morales.
- Por radiografía: a través de lo que se esconde en el corazón de Cristo.
- Por vídeo: mediante la vida de los santos, que es a su vez una encarnación de esa fotografía y esa radiografía. «Hacernos amigos de los santos es determinante. No ser amigos de los santos es un drama».
Por otro lado, Mons. Munilla habló de la providencia de Dios. «En todas las cosas Dios interviene en favor de los que le aman. Muchas cosas en la vida no las entendemos si no tenemos esto en cuenta. Dios está comprometido con el reto de nuestra salvación. Tenemos que rescatar la llamada a la santidad de ese terreno que no es la vida real».
La jornada de la Escuela de Evangelizadores, prosiguió, tras el almuerzo, con un taller participativo en el que los asistentes reflexionaron sobre la renovación que la sociedad y la propia dinámica evangelizadora están pidiendo a los cristianos. El encuentro finalizó con la Adoración del Santísimo.