(CNA/InfoCatólica) El día 16 de octubre, el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, exhortó a los Padres Sinodales, reunidos en Roma, a «mostrar a los jóvenes cómo es la santidad», viviendo ellos mismos el Evangelio que predican. La diócesis de Los Ángeles con 11 millones de fieles es la más grande de Estados Unidos.
Mons. Gómez señaló que:
«Necesitamos mostrar a los jóvenes cómo es la santidad, al vivir el Evangelio que predicamos, proclamando a Jesucristo por la forma en que vivimos. Tenemos que llamar a los jóvenes a ser santos y nosotros también debemos ser santos»
Además, dijo que los jóvenes deben ver a los «santos de nuestros tiempos» como modelos de santidad, a fin de vivir su vocación como «santos de todos los días» de una manera única.
El arzobispo de Los Ángeles enfatizó que llamar a los jóvenes a la «conversión y nueva vida en Cristo» debería ser una prioridad en las conclusiones finales del sínodo, y que la Iglesia está llamada a servir y acompañarlos en ese viaje.
Dijo que esto implica dar un ejemplo de cómo orar, ayudar a los jóvenes a encontrarse con el Señor en los sacramentos de la Eucaristía y la confesión, animarlos a realizar obras de misericordia y a cultivar la devoción a la Virgen María.
«Lamentablemente, los jóvenes de hoy no saben cómo vivir vidas humanas auténticas porque los adultos de nuestra sociedad secular no les han mostrado el camino», dijo Mons. Gomez.
«La visión de vida ofrecida a los jóvenes en las sociedades occidentales no los llama a la bondad, la belleza o la verdad. En cambio, lo que se ofrece son varios ‘estilos’ de vida y alternativas para la autocreación, arraigadas en el incansable consumo de comodidades materiales, entretenimientos virtuales y placeres pasajeros», añadió.
El Arzobispo de los Ángeles comentó que en las conversaciones con los jóvenes de su diócesis, se dio cuenta de que la Iglesia ofrecía las respuestas que buscaban y que:
«En la Encarnación del Hijo de Dios y en su Pasión y Resurrección, vemos revelada la dignidad y el destino de la persona humana, creada a la imagen de Dios y llamada a vivir por su Espíritu como hijos de Dios y ser santos, a ser santo como nuestro Padre en el cielo es santo».