(InfoCatólica) Tras el referéndum irlandés del pasado mes de junio, en el que los votantes decidieron eliminar la prohibición constitucional del aborto provocado, los diversos medios de comunicación irlandeses y mundiales han comentado y analizado el cambio, generalmente de acuerdo con sus propias posturas ideológicas o líneas editoriales. Resulta sorprendente, sin embargo, la actitud del periódico La Croix, principal diario católico de Francia, que publicó un editorial elogiando la decisión de los votantes irlandeses.
Según el editorial, firmado por Isabelle de Gaulmyn, Redactora Jefe del diario, el diálogo irlandés había sido “digno y pluralista” y, por lo tanto, había que “respetar su resultado”. Esta afirmación, sin embargo, contrasta con la doctrina católica, según la cual ningún debate en el que se contemple la posibilidad de vulnerar gravemente la ley natural puede considerarse digno y tampoco hay que “respetar” unos resultados que darán lugar a una ley injusta y, por lo tanto, que no obliga en conciencia. El editorial tampoco reflejaba las denuncias que se han realizado de la parcialidad en favor del aborto manifestada por la actuación de los poderes públicos irlandeses y de grandes plataformas sociales como Facebook o Google.
La Redactora Jefe afirmó, además, que el “primer mérito” de esta decisión consistía en “poner fin a una urgencia de salud pública, provocada por el drama de las mujeres muertas o mutiladas de por vida”, que había sido revelado por la campaña precedente, porque “en lo primero en que hay que pensar es en el sufrimiento de esas mujeres”. De nuevo, la afirmación parece indefendible a la luz de la doctrina católica, ya que, para evitar ese sufrimiento, lo que se propone hacer es realizar una acción intrínsecamente mala y que nunca se puede llevar a cabo con conciencia recta: acabar intencionadamente con la vida de seres humanos inocentes.
Para argumentar su postura, la periodista distinguió entre “una vida que ya existe, la de la madre, y una vida en desarrollo” y alegó que la primera era más “rica” por las relaciones que ya había entablado, quizá con otros niños, y por “el peso de su historia personal”. Esta distinción constituye un claro rechazo, una vez más, de la enseñanza de la Iglesia y de la biología, que establecen que la vida humana comienza en el momento de la concepción.
Finalmente, la Sra. Gaulmyn realizó un llamamiento a que la ley que preparaba el Gobierno irlandés no introdujera el “aborto a la carta”, porque eso daría lugar a un gran número de “interrupciones voluntarias del embarazo”, como sucede en Francia, donde se producen más de doscientos mil abortos al año.
Cabe mencionar que el diario La Croix, con una tirada en torno a los cien mil ejemplares, no es católico simplemente por tradición, sino que pertenece a una congregación religiosa: los Asuncionistas o Agustinos de la Asunción. Estos religiosos han sido los propietarios de La Croix desde su fundación en 1883, a través de la editorial Bayard Presse, y mantienen la presencia de un religioso en el consejo de redacción del diario. Hasta el momento, no se ha hecho pública ninguna sanción de los Agustinos de la Asunción a la Redactora Jefe por su elogio del aborto legal escribiendo en nombre de La Croix.
Curiosamente, solo ha habido un represaliado: un bloguero que escribía en el portal electrónico del periódico y que osó criticar el editorial. Se trata del filósofo francés Thibaud Collin, que denunció la colaboración del periódico con la “abominación” del aborto y que la calificó de “vichysismo mental”, en referencia al régimen de Vichy, creado en Francia tras su derrota al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y que decidió colaborar con la Alemania nazi para evitar la conquista completa del país.
Como respuesta, el Director del periódico, Guillaume Goubert, anunció inmediatamente la eliminación del blog de Thibaud. El filósofo ha recibido un mensaje de ánimo en Twitter de Monseñor Bernard Ginoux, obispo de Montauban y conocido defensor de la causa provida en Francia: “Gracias por haber expresado su desaprobación cuando una editorialista católica considera que el voto irlandés es algo bueno”.