(InfoCatólica) Del 2009 al 2012, Isabel Celaá fue consejera de Educación, Universidades e Investigación en el gobierno vasco, con el socialista Patxi López como presidente.
Como tal aseguró que aunque el gobierno vasco no iba a retirar en esos momentos el concierto económico a los colegios que siguen un modelo de educación diferenciada –clases separadas por sexos–, éstos debían cambiar su modelo:
«Si quieren seguir obteniendo recursos públicos, habrán de revisar su modelo educativo en sucesivos cursos y convertirse a la coeducación».
Una vez fuera del cargo, publicó un artículo criticando claramente la asignatura de religión dentro del horario escolar, especialmente en la etapa de Bachillerato. Celaá lamentó la situación creada por los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede. Consideraba que cualquier asignatura de religión confesional es equivalente a la catequesis y lamentaba la actitud de la jerarquía española, opuesta según ella a la idea del papa Francisco sobre la laicidad del estado:
Afortunadamente, las declaraciones del Papa Francisco en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud de Río abren una puerta de esperanza para una resolución justa y duradera de esta cuestión. Su apuesta por un Estado laico como marco idóneo para la convivencia... permite establecer un nuevo diálogo entre los poderes públicos y la Iglesia Católica y, por extensión, con el resto de confesiones.
Nunca he llegado a entender el interés proteccionista de la jerarquía eclesiástica por mantener la religión católica dentro del horario escolar, aun imponiendo una obligación innecesaria para aquellos que no la eligen.
Su artículo encontró cumplida respuesta por parte de los delegados de enseñanza de las diócesis de San Sebastián, Bilbao y Vitoria:
La asignatura de Religión no es catequesis
En dicho artículo, los delegados diocesanos exponían, entre otros argumentos, los siguientes:
Con respecto a los Acuerdos del Estado con la Santa Sede, conviene recordar que “pacta sunt servanda”: los acuerdos están para cumplirse. Y la sentencia dictada por el Supremo desautoriza el modo en el que ha sido tratada la asignatura de Religión por parte de la Consejería de Educación en los cuatro últimos años en el Bachillerato de la Comunidad Autónoma Vasca. No haría falta apelar al acuerdo Iglesia Estado si la administración fuera escrupulosamente respetuosa con la libertad de conciencia y religiosa, recogida en el texto constitucional. La Constitución protege de modo explícito la educación plena de la persona, derechos y libertades, y la educación religiosa y moral, de acuerdo con las propias convicciones (Art. 27.2 y 27.3). Pero la experiencia e historia reciente nos van mostrando que en muchas ocasiones se toma la educación, de modo particular en los aspectos antropológicos, morales y religiosos, como elemento ideológico.