(Le Croix/InfoCatólica) Una organización LGTBI de Malinas había solicitado una entrevista con el cardenal, quien recibió una pequeña delegación del grupo la semana pasada.
Después de escucharlos, el primado de la Iglesia de Bélgica «manifestó su preocupación por su bienestar y les expresó su respeto», según aseguró el pasado sábado Geert De Kerpel, portavoz de habla neerlandesa de la arhidiócesis.
En un intento por responder a sus preguntas, «el cardenal también abordó su relación, diferenciándola de un matrimonio cristiano entre un hombre y una mujer. Fue una reunión personal», dijo el portavoz.
En este contexto, el cardenal De Kesel expresó su deseo de responder al pedido de los homosexuales creyentes, comprometidos en una unión estable y duradera, que desean beneficiarse de un reconocimiento simbólico de la Iglesia. No podría ser un «matrimonio religioso» ni una «bendición eclesiástica que se pareciera demasiado a la bendición de un matrimonio», dijo el prelado
«Si aun así los homosexuales quieren un símbolo cristiano de su proximidad, el cardenal piensa más bien en una celebración de oración de acción de gracias. Pero ciertamente no es un intercambio de consentimientos sellados por el intercambio de alianzas» , dijo Geert De Kerpel, señalando que «si hay cierta restricción en el punto de vista de la Iglesia, es para preservar aún más el gran valor del matrimonio y la familia».
El cardenal aseguró al grupo LGTBI que «la Iglesia debe respetar más a los homosexuales y a las lesbianas, también en su experiencia de la sexualidad».
Cambio de paradigma
«Veinte años atrás hubiera hablado de manera diferente a como lo hago ahora sobre este tema», explicó el arzobispo belga. «Entonces habría seguido la enseñanza oficial de la Iglesia. Ahora lo veo mucho más 'comprensivamente'. El respeto es fundamental».
La reunión duró una hora y media, y el cardenal apuntó a un «cambio de paradigma» en la enseñanza oficial de la Iglesia con respecto a los actos homosexuales. También dijo que no tiene «absolutamente nada» en contra de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde «la honestidad, la firmeza y la lealtad son fundamentales».