(Las Provincias/InfoCatólica) La misiva del prelado llega con motivo de la campaña del impuesto sobre la renta y recuerda el conocido mensaje «X tantos» con el que se anima a los católicos a realizar una aportación en favor de la Iglesia a través de su declaración de la renta.
En ese contexto, el cardenal Cañizares muestra su apuesta cuando afirma que «es preciso, sin lugar a dudas, que caminemos hacia una cada vez mayor autofinanciación de la Iglesia, ¡ojalá fuese posible una total autofinanciación porque eso supondría una Iglesia más libre!». A esta llamada añade que «todo hace pensar que podemos estar aproximándonos hacia tiempos no fáciles» y ante esa circunstancia insiste en que «somos los cristianos quienes hemos de sostener fundamentalmente a la Iglesia». El escrito del cardenal cierra esta reflexión con la aseveración: «No nos coja desprevenidos».
Invita a los fieles a tomar conciencia del deber como católicos y a dejar de lado la mentalidad de que «el mantenimiento de la Iglesia no va con uno». Aclara, además, que «no se trata de enriquecer a la Iglesia en España o de que nade en abundancia, sino simple y sencillamente de que pueda subsistir y llevar a cabo su misión».
Critica a los que piden no marcar la X
El cardenal advierte también contra las campañas para no marcar la X en la Declaración de la Renta, que parten incluso desde dentro de la propia Iglesia:
«Soy consciente, y me duele, que hay campañas para que no se haga, para que no se ponga. Acuden a tal o cual caso que consideran injuria, a que si ha habido tal o cual comportamiento de clérigos o de Obispos, en determinados lugares o regiones. ¿Qué tiene que ver esto con la Iglesia, con el bien que hace la Iglesia? ¿Qué me dirían de un hijo que ante una madre o padres ancianos, porque ha habido alguna cosa entre los hermanos, o los cuñados, los sobrinos dijesen: "Pues ahora ya no contribuyo a ayudar a los padres, a ayudar a la madre"?. Pensaríamos con buen sentido que no merecen llamarse "hijos". Ése es el comportamiento de algunos que, por no sé qué actuaciones en la Iglesia que a su juicio merecen reprobación, niegan esta contribución. Negar esta contribución es negar lo que la Iglesia es y hace en favor del hombre, de la sociedad, y de la humanidad entera».