(InfoCatólica) El sociólogo francés Dominique Wolton ha presentado en España su libro titulado Política y sociedad, publicado por la Editorial Encuentro. El libro, cuyo subtítulo es El Papa sin filtros. Una entrevista inédita, recopila los diálogos mantenidos con el Papa Francisco en doce encuentros a lo largo de varios meses en 2016 y 2017, que ya se habían publicado en francés, pero acaban de ser traducidos al español. Según la contraportada, el «libro ilustra, de un modo que sorprenderá a casi todos, la visión que el actual papa tiene sobre la Iglesia y la sociedad».
Wolton, que se confiesa agnóstico, afirma que el Papa le eligió porque no es «conformista» y porque «no soy periodista, no soy sacerdote y no soy italiano». El sociólogo también señaló que se había reído mucho entrevistando al Pontífice y mostró una gran admiración por él.
En Madrid, la obra fue presentada el pasado jueves con la participación del Cardenal Carlos Osoro, junto con el sociólogo Víctor Pérez-Díaz y el periodista José Luis Restán. El purpurado madrileño subrayó que el Pontífice quiere que se construyan puentes y se derriben muros, una frase que el Papa Francisco usa a menudo.
La publicación, sin embargo, ha despertado cierta confusión en materias doctrinales, en parte por el contenido del libro y en parte por las afirmaciones del propio Dominique Wolton sobre supuestas confidencias del Papa durante los diálogos que tuvo con él.
Uniones homosexuales
Una de las materias en las que se ha producido confusión es la de las uniones de personas del mismo sexo. Aunque el Papa Francisco critica duramente la ideología de género y defiende que la palabra matrimonio se reserve a las parejas de hombre y mujer, en el libro también se recogen declaraciones atribuidas al Pontífice que parecen aprobar el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo: «El matrimonio es la unión de un hombre con una mujer. Ése es el término preciso. Llamemos a las uniones del mismo sexo 'unión civil'».
Estas afirmaciones, sin embargo, son contrarias a la doctrina sobre las uniones del mismo sexo, recogida en el documento Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, de la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobado por San Juan Pablo II en 2003: «Ante el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, o la equiparación legal de éstas al matrimonio con acceso a los derechos propios del mismo, es necesario oponerse en forma clara e incisiva. Hay que abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal a la promulgación o aplicación de leyes tan gravemente injustas, y asimismo, en cuanto sea posible, de la cooperación material en el plano aplicativo».
En efecto, como indicó la Congregación para la Doctrina de la Fe, no solo es moralmente obligatorio oponerse a que las uniones homosexuales reciban el nombre de matrimonios, sino que «todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales» y, por supuesto, a su equiparación al matrimonio. El apoyo al reconocimiento legal «significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad».
Ordenación de mujeres
Por otro lado, según ha podido saber InfoCatólica, en una rueda de prensa celebrada ayer viernes por la mañana, Dominique Wolton atribuyó directamente al Papa la afirmación «extraoficial» de que las mujeres pueden ser sacerdotes y lo serán en el futuro. Aunque en el libro en sí el Papa solo afirma que es posible «discutir» sobre el diaconado femenino, pero no se muestra a favor del sacerdocio de la mujer, Wolton, hablando en francés, afirmó que el Papa «extraoficialmente dice que sí, que un día habrá mujeres sacerdotes. Pero [lo dice] extraoficialmente. No es imposible».
Esa afirmación atribuida al Papa Francisco por Wolton es frontalmente opuesta a lo que enseñó San Juan Pablo II sobre este tema: «Con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia» (Carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis de 1994, núm. 4).
Un año después, la Congregación para la Doctrina de la Fe declaró que «la Iglesia no tiene facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres» y que esa verdad, «exige un asentimiento definitivo», está «basada en la Palabra de Dios escrita y constantemente conservada y aplicada en la Tradición de la Iglesia desde el principio», «se ha de entender como perteneciente al depósito de la fe» y «ha sido propuesta infaliblemente por el Magisterio ordinario y universal» (Congregación para la Doctrina de la Fe, respuesta a dubia del 28 de octubre de 1995).
Diversos medios han resaltado también otras declaraciones atribuidas al Papa por Dominique Wolton en el libro que resultan cuando menos llamativas. Por ejemplo, la afirmación de que los pecados «por debajo de la cintura» son «lo de menos», a pesar de que el Catecismo recuerda el carácter grave y potencialmente mortal de varios pecados contra el sexto mandamiento (CIC 2351-2356). Sin embargo, teniendo en cuenta que el propio Papa Francisco calificó recientemente a los clientes de la prostitución de «criminales», es muy posible que se trate simplemente de las imprecisiones propias de un género informal, como es el de la entrevista. En ese sentido, la confusión creada en torno al libro Política y sociedad debe enmarcarse en una serie de sucesos similares acaecidos en los años anteriores, en relación con entrevistas y con llamadas telefónicas directas a fieles de diversos lugares del mundo, tras las cuales se atribuyeron al Papa opiniones en conflicto con la doctrina católica.
El caso más famoso es el de las entrevistas concedidas al periodista ateo Scalfari, del periódico izquierdista italiano La Reppublica. El periodista, que no tomaba notas ni grababa las entrevistas, sino que fiaba «de su memoria de periodista experto», puso en boca del Papa afirmaciones como que el propio Scalfari no debía convertirse, que no existía un Dios católico, que eran los comunistas los que pensaban como cristianos o que la misericordia había abolido el pecado. Varias de esas supuestas afirmaciones fueron desmentidas después por la Santa Sede, entre ellas la de que los divorciados iban a poder comulgar, a pesar de que, en 2016, el Papa aprobaría precisamente esa posibilidad en una carta a los obispos de Buenos Aires.