(Fides/InfoCatólica) El referéndum convocado por el Gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí para establecer su independencia del resto de Iraq representa un paso decisivo para el futuro de esa región. Y Europa, aunque no puede tomar partido públicamente en apoyo de tal decisión, al menos debe mantenerse neutral, evitando apoyar las instancias anti-independencia del gobierno central de Bagdad. Estos son los puntos clave que el líder kurdo Masud Barzani, presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, ha querido subrayar en la reunión celebrada en Bruselas con los representantes del Parlamento Europeo, este martes 11 julio.
La reunión con los eurodiputados es la primera etapa de una gira diplomática por Europa diseñada por Barzani para preparar e informar a la opinión pública internacional sobre el referéndum -previsto para el próximo 25 de septiembr - y sus posibles efectos sobre los escenarios de Oriente Medio. En su gira europea, Barzani está acompañado por una comisión formada por representantes de las minorías no kurdas, entre quienes está el cristiano Wahid Hurmuz.
En su reunión con los parlamentarios, Barzani ha presentado el referéndum como una gran oportunidad para corregir «todos los errores cometidos contra la nación kurda» después de la Primera Guerra Mundial y ha afirmado el derecho de los kurdos «a ser independientes y libres». Igualmente ha reivindicado los sacrificios hechos por el Gobierno regional para «salvar a los cristianos y yazidis» de la violencia de los yihadistas del Ejército Islámico, haciendo hincapié en que los líderes independentistas respetarán el derecho de autodeterminación de las poblaciones de la Llanura de Nínive, un territorio en el que tienen sus raíces históricas las comunidades cristianas autóctonas.
Se da la circunstancia de que la Iglesia en Irak ha abogado en repetidas ocasiones por evitar que los cristianos de la región sean usados como moneda de cambio. Recientemente el Patriarca caldeo pidió a sus fieles que no colaboraran con quienes quieren poner fin a la unidad del país.
La posible independencia del kurdistán iraquí podría convertirse en un foco más de desestabilización en la región dada la nítida oposición de Turquía, que siempre se ha negado a que los kurdos tengan su propio estado.
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