(LifeSiteNews/InfoCatólica) Las vocaciones sacerdotales han seguido una tendencia a la baja desde el año 2012, según datos recientemente publicados por la Oficina Central de Estadísticas de la Santa Sede.
«Continúa a la tendencia a la baja que desde hace algunos años caracteriza a las vocaciones sacerdotales», afirmó la Oficina de Estadísticas, que opera bajo la Secretaría de Estado del Vaticano, en su Annuarium Statisticum Ecclesiae de 500 páginas que abarca hasta el año 2015.
Una métrica para medir la salud de la Iglesia es el número de nuevas vocaciones al sacerdocio para servir a los 1.200 millones de católicos en todo el mundo. La escasez de sacerdotes pone en peligro la vida de fe de los católicos que ya no tienen un sacerdote para ministrarles.
Situación en los pontificados anteriores
Las vocaciones sacerdotales tuvieron un fuerte incremento bajo el pontificado del Papa san Juan Pablo II. En 1978, durante su primer año, había 63.882 seminaristas en todo el mundo, pero para el año de su muerte en 2005 había 114.439, prácticamente el doble.
El número total de seminaristas siguió aumentando modestamente bajo el pontificado del Papa Benedicto XVI, alcanzando un máximo de 120.616 en 2011. Empezaron entonces una lenta disminución en 2012, cuando había 120.051.
Se acentúa el declive en los últimos años
Pero ese declive se ha acentuado bajo el pontificado del Papa Francisco. El total de seminaristas ha pasado de 118.251 en 2013 a 116.843 en 2015.
La Iglesia Católica, en general, ha estado experimentando una crisis en las vocaciones sacerdotales. Los obispos se han visto obligados a cerrar las parroquias donde simplemente no hay suficientes sacerdotes para dirigirlos.
La decadencia ha sido mayor en países que han sido bastión del liberalismo teológico, entre ellos Alemania y Suiza.
Pero no es el caso de todas las diócesis.
Varias diócesis en Estados Unidos han encontrado que donde hay fidelidad a la doctrina católica, las vocaciones al sacerdocio florecen.
Por ejemplo, cuando el Obispo Robert Morlino llegó a la Diócesis de Madison, Wisconsin en 2003, solo había 6 seminaristas. La diócesis era conocida como un bastión del liberalismo, tanto política como espiritualmente. Pero bajo su dirección cuidadosa, la diócesis ha vuelto a la ortodoxia y comenzó a florecer.
El obispo cerró grupos disidentes que se hacían llamar «católicos». Hizo que los pastores leyeran sus cartas defendiendo la enseñanza católica sobre el matrimonio y la santidad de la vida de los púlpitos dominicales. Devolvió los tabernáculos al centro del santuario. Celebró bellas liturgias, algunas de ellas en la Forma Extraordinaria. Ya para el año 2015, el número de seminaristas se había multiplicado por seis, aumentando a 36.
También hay la Diócesis de Lincoln, Nebraska, donde los obispos ortodoxos han inspirado a más hombres para convertirse en sacerdotes en una proporción mucho mayor que prácticamente todas las otras diócesis de Estados Unidos.
El obispo de Lincoln, James D. Conley, vinculó el número de vocaciones en su diócesis directamente a la fidelidad a la enseñanza tradicional de la Iglesia en una entrevista en el 2016 con Catholic World Report.
«Tener la seguridad de saber que la Diócesis de Lincoln es cien por ciento fiel a la enseñanza de la Iglesia en lo relacionado a la fe y la moral es muy atractivo para muchos jóvenes que están considerando el sacerdocio», explicó Conley.
Las estadísticas de la Santa Sede muestran que la mayoría de las nuevas vocaciones están saliendo de los países africanos.
«La única excepción es África, que todavía no parece afectada por la crisis vocacional y se confirma como el área geográfica con mayor potencial», señala el documento estadístico.
Las estadísticas también revelan que en muchos países occidentales, incluyendo Canadá y Estados Unidos, el número de sacerdotes que murieron en 2015 fue mayor que el número de nuevos sacerdotes ordenados.
También muestran que el número de matrimonios católicos por cada 1.000 católicos sigue una tendencia a la baja durante un período de cinco años.