(LSN/InfoCatólica) El Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia, defendió el nombramiento del Papa Francisco de un nuevo miembro de la Academia Pontificia para la Vida que es favorable al aborto y ha expresado su apoyo para la eutanasia en determinados casos. El arzobispo Vincenzo Paglia ha señalado además a los medios católicos de caer en «sensacionalismo» por fijar su atención y cuestionar dicha selección.
Cuando un usuario de Twitter señaló a Paglia que los medios de comunicación católicos ingleses se estaban centrando en el nombramiento pro-aborto, sugirió que los medios de comunicación católicos estaban cayendo víctimas del «sensacionalismo».
«Oremos para que los católicos y los medios católicos no sean víctimas del sensacionalismo», escribió. «El amor por la vida debe significar amor el uno por el otro».
A principios de esta semana InfoCatólica informó de la designación de los 45 nuevos miembros designados por el Papa a la Academia Pontifica para la Vida entre ellos la designación de Nigel Biggar, un ministro anglicano partidario del aborto hasta la semana 18 después de la concepción.
En una entrevista reciente realizada por LifeSiteNews, se le preguntó a Biggar si su nombramiento en la Academia significaba que la Iglesia estaba cambiando su posición respecto al aborto, y respondió que como alguien que no es católico, no era apropiado hacer comentarios sobre la posición de la Iglesia.
«Siento mucho decepcionarte, pero el tema del aborto es uno sobre el cual tengo mis propios puntos de vista, pero no he pensado en ellos durante mucho tiempo», explicó.
Respecto a la posible razón de su nombramiento agregó:
«Creo que la razón de mi reciente nombramiento radica en el trabajo que he realizado en los temas relacionados con la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido, sobre los cuales mis opiniones sí están en concordancia con la enseñanza de la Iglesia».
La posición de Biggar sobre la eutanacia tampoco es católica
Pero la posición de Biggar sobre la eutanasia tampoco está en consonancia con la enseñanza católica.
En una reseña de un libro publicado en el año 2004 por el nuevo miembro de la Academia Pontificia titulado «Aiming To Kill: The Ethics Of Suicide And Euthanasia», el crítico David Jones escribió para el periódico «New Blackfriars» que Biggar permitiría que algunas personas fueran eutanasiadas por estar tan enfermas que podrían ser excluidas de ser consideradas una persona «humana».
«Si el cerebro de alguien está irreparablemente dañado para que él o ella no pueda pensar, entonces, de acuerdo con Biggar, debemos concluir que él o ella ya no es una «persona humana» y por lo tanto ya no forma parte de la comunidad humana. Biggar incluso describe a esos individuos como «irremediablemente inaccesibles para el cuidado humano», de modo que no nada impide que sean asesinados, ni tampoco (deduce el crítico) hay necesidad de visitarles, vestirles o alimentarles», escribió Jones.
Contradicción de Mons. Paglia
Se da la circunstancia de que Mons. Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, concedió hace unos días una entrevista a Edward Pentin en la que aseguró que los nuevos estatutos de la Academia requieren un compromiso más fuerte de los miembros con las enseñanzas provida de la Iglesia:
Los críticos dicen que, al cambiar los estatutos para permitir el ingreso de miembros que no quieran firmar una declaración de fidelidad a las enseñanzas pro-vida de la Iglesia, usted está neutralizando a la academia y que ésta perderá su razón de ser y se marchitará. ¿Por qué cambió los estatutos, y qué les dice usted a los que han criticado esta decisión?
Yo, con todo respeto, pediría a esos críticos que menciona usted que lean y comparen con mucho cuidado la vieja versión de los Estatutos y la nueva. Creo que así verán que los nuevos Estatutos requieren un compromiso más fuerte de los Miembros con las enseñanzas pro-vida de la Iglesia que el que requerían los antiguos. Los nuevos exigen que los Miembros promuevan y defiendan los principios del valor de la vida y la dignidad de la persona, interpretados en conformidad con el Magisterio de la Iglesia. Los estatutos antiguos contenían sólo una invitación, no una exigencia, a firmar un documento separado referente a esos principios. No pretendo criticar a los redactores de los estatutos antiguos. Estoy seguro de que tenían las mejores intenciones, pero quiero confirmar a todos los que están comprometidos con la defensa de la vida, y quiero hacerles comprender, que los nuevos estatutos reflejan un compromiso con la vida por parte de la Iglesia y del Santo Padre que es igual de firme que el que el de los grandes fundadores de la Academia por la Vida, y que después de considerarlo muy cuidadosamente, creemos que los nuevos estatutos están redactados de un modo que expresa ese compromiso más claramente y con mayor firmeza que los antiguos. En ese contexto, sin embargo, quiero también dejar claro que la absoluta fidelidad de la Academia al Magisterio de la Iglesia no significa en modo alguno que no podamos emprender iniciativas conjuntas o entablar diálogo con personas que no comparten nuestra fe católica y nuestro compromiso.