El cuerpo del obispo de Bafia fue encontrado en las aguas del río Sanaga, el 2 de junio. Su desaparición fue denunciada la mañana del 31 de marzo, cuando su coche fue encontrado en el Pont de l’Enfance. En el coche se encontró también «un mensaje extraño (...) junto a su documento de identidad y otros cosas personales».
Al principio algunos habían sugerido que el Obispo se había suicidado y las autoridades enviaron buzos para buscar el cuerpo en el río. El 2 de junio, un pescador encontró los restos de Mons. Bala a pocos km del Pont de l’Enfance.
«Actualmente el cuerpo está a disposición de las autoridades judiciales para la investigación de las circunstancias, de las causas exactas y de los autores de este crimen atroz e inaceptable. (...) Nosotros, los obispos de Camerún afirmamos que Mons Jean Marie Benoît no se suicidó; fue brutalmente asesinado. Se trata de un asesinato más, uno más», se lee en el comunicado.
Los Obispos subrayan «la triste memoria de varios prelados, sacerdotes y personas consagradas que fueron asesinadas en circunstancias poco claras hasta la fecha. En particular, recordamos a Mons. Yves Plumey, Arzobispo Emerito de Garoua (asesinado en Ngaoundéré – 1991), don Joseph Mbassi (Yaoundé - 1988), p. Antony Fontegh (Kumbo-1990), las Hermanas de Djoum (1992), P. Engelbert Mveng (Yaoundé – 1995), solo por citar algunos».
«Tenemos la impresión de que el clero de Camerún está particularmente perseguido por fuerzas oscuras y malvadas» denuncian los prelados., al tiempo que piden que «se haga luz sobre las circunstancias y los motivos del asesinato del Mons. Bala, y que sean identificados y llevados ante la justicia para ser juzgados según la ley, todos los responsables».
También exigen al Estado que «asuma el deber real de proteger la vida humana»; a los medios de comunicación y a los usuarios de las redes sociales que no difundan mentiras y respeten la dignidad de los seres humanos. Por último, los Obispos piden a los asesinos de Mons. Bala «qué realicen un camino de conversión urgente y radical».