(Religión Confidencial) El nuncio apostólico, invitado por el centro Arrupe en Valencia, ha explicado que los grupos armados del denominado Estado Islámico daban tres alternativas a los cristianos cuando invadían sus ciudades en Irak: «Convertirse al islam, pagar un impuesto y mantener las propiedades, o marcharse».
Ante esa situación, «la mayoría se fueron perdiéndolo todo y, al regresar, han encontrado sus casas y propiedades destruidas y quemadas, lo cual es muy duro», ha lamentado Alberto Ortega.
El nuncio, madrileño de 54 años, ha ensalzado la gran labor de Cáritas y de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia necesitada que apoya a los cristianos en la construcción de iglesias y hospitales, o pagarles el alquiler de casas provisionales».
«Los cristianos en Irak no se lamentan de lo que ha pasado, e incluso tienen palabras de perdón y rezan por la conversión de quienes los han expulsado», ha manifestado Ortega.
A la pregunta de qué esperan de los creyentes de Occidente, Ortega ha destacado que los cristianos perseguidos «con sorpresa por mi parte, no quieren dinero o ayuda, sino que vivamos nuestra fe porque eso es lo que de verdad les ayuda».
Pertenece a Comunión y Liberación
Monseñor Alberto Ortega fue ordenado sacerdote por el cardenal Ángel Suquía en 1990. Desde su ordenación, Ortega es miembro del movimiento católico Comunión y Liberación. Además, obtuvo el doctorado en Derecho Canónico, y en 1993 se trasladó a Roma para preparar su carrera diplomática en la Academia Pontificia Eclesiástica.
Desde 1997 fue consejero en la nunciatura apostólica de Nicaragua y, después, secretario de las nunciaturas de Sudáfrica y el Líbano. En 2004 pasó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede, y participó en la Sección de Relaciones con los Estados en torno a las negociaciones para solucionar el conflicto israelí-palestino.
El 1 de agosto de 2015 fue nombrado por el Papa Francisco nuncio apostólico en Jordania e Irak.