(Fides) Mons. Edwin de la Pena explica la situación:
«Los terroristas han buscado un contacto con los militares y las instituciones. Han realizado un vídeo en el que el padre Teresito Soganub, llamado p. Chito, del grupo de los 15 rehenes católicos, hace un llamamiento al presidente Duterte pidiéndole el fin de los bombardeos y del ataque contra Marawi. Como era de esperar, los militantes se encuentran ahora en dificultad, están de espaldas a la pared. Estamos felices de ver que el p. Chito, vicario de Marawi, está vivo, pero tememos por la suerte de los rehenes, unos 200 civiles en total, que ahora son utilizados como escudos humanos»
Después de la ocupación de la ciudad por parte de los yihadistas y de la imposición de ley marcial declarada el 23 de mayo por el presidente Duterte, los militares filipinos han comenzado el asedio de Marawi y una persecución, casa por casa.
Tras una semana de combates, el ejército ha retomado el control de gran parte de la ciudad: los yihadistas del grupo «Maute» afiliado al Isis, permanecen escondidos en 9 «barangay» (distritos) de los 96 de Marawi. La mitad de los residentes (alrededor de 100 mil personas) han abandonado la ciudad, pero algunos civiles han quedado atrapados en el fuego cruzado. Según las cifras oficiales, han muerto en el conflicto 19 civiles, 13 soldados, cuatro policías y 61 miembros del grupo Maute. Entre estos últimos, seis combatientes son extranjeros, indonesios y malasios.
«En un edificio de la ciudad tienen escondidos a los rehenes que pretenden usar para salvar su vida y escapar», explica el obispo a la Agencia Fides. «Estamos muy preocupados, no sabemos lo que el ejército va a hacer y cómo reaccionarán los terroristas. Hemos pedido ayuda a los líderes musulmanes de Marawi, nuestros amigos, mientras toda la población católica está reunida en oración, en todo el país», añade.
En la zona también se ha producido una emergencia humanitaria: más de cuarenta mil personas están desplazadas en centros de evacuación y muchas otras han encontrado refugio con familiares o amigos en las áreas vecinas. Las comunidades católicas y organizaciones de la sociedad civil se han movilizado para ayudar y apoyas a los desplazados.
Vídeo del P. Chito