(ACI/InfoCatólica) El día de ayer sábado 6 de Mayo a las 8:04 p.m., cientos de fieles fueron testigos una vez más del llamado «milagro de mayo», el momento en que la sangre de San Genaro se licua de forma inexplicable dentro de las dos ampollas que la contienen.
El hecho ocurrió en la Basílica de Santa Clara, en Nápoles (Italia), luego que la sangre fuera trasladada en procesión desde la catedral.
La licuefacción fue anunciada por el Cardenal Crescenzio Sepe, Arzobispo de Nápoles. En ese momento se agitó un pañuelo blanco que, según la tradición, indica a los fieles que el milagro se ha realizado.
Un milagro que sucede varias veces cada año
El milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro sucede tres veces al año. El sábado que precede al primer domingo de mayo, cuando se recuerda el traslado de las reliquias del santo del cementerio de Agro Marciano a las catacumbas de Capodimonte; el 19 de septiembre, cuando se conmemora su martirio; y el 16 de diciembre, fecha en que se le celebra como patrono de la ciudad.
Sin embargo, en diciembre del año pasado no ocurrió el milagro, generando preocupación entre los fieles.
En marzo del 2015 la sangre se licuó delante del Papa Francisco, un hecho inusual pues la última vez que la licuefacción sucedió ante un Pontífice fue en 1848 con Pío IX. No había sucedido cuando San Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron la ciudad en octubre de 1979 y de 2007, respectivamente.