(Navarra/InfoCatólica) Han pasado cinco años desde que Marta Páramo, de 21 años, dio a luz a su pequeña Lucía. De aquel día en el que pudo tener en brazos a su pequeña, cuenta, sólo puede decir que fue «el más feliz de su vida».
Este fin de semana, y con motivo del XXI Congreso Nacional Provida que se celebra en Pamplona de la mano de la asociación Andevi, la joven relata su experiencia ante decenas de oyentes para explicarles su historia, una vida valiente y con fuerza.
Importancia del apoyo de sus familiares
Cuenta cómo cuando se enteró de su embarazo tenía 16 años. De aquel momento, recuerda que tenía «mucho miedo e incluso pensaba que nadie entendía por lo que estaba pasando». Aún así, la joven explica que el apoyo que recibió siempre fue imprescindible para salir adelante. «Estuvieron conmigo mi familia, mi novio, mis amigos, la gente del colegio y la gente de la Iglesia», cuenta Páramo.
En las palabras que recoge su testimonio, la joven advierte cómo quedarse embarazada en una situación inesperada genera en la mujer un mar de dudas. «Veo a otras chicas y todas estamos muertas de miedo. Todas necesitamos personas que nos digan que están ahí para lo que necesitemos», relata.
El aborto NO ES una opción
Marta reconoce que, ante esta situación, algunas personas recomendarán el aborto. «Me he encontrado con muchas chicas que no pueden apoyarse de nadie, en una situación de miedo, y que entran a abortar completamente solas», explica la joven.
Para ella, la idea de proponer el aborto «ante ese drama, no es la mejor opción». «¿De verdad piensan que el aborto es un derecho? Te están sometiendo a tus miedos. En lugar de decir, ten a tu hijo que es un tesoro», sigue.
Marta cuenta que el día que nació su hija Lucía, al sentir el cuerpo de su hija junto al suyo, entendió la mutua necesidad que tenían la una por la otra. Y es que al mirar atrás, Marta no se arrepiente de ser madre. «Aunque la situación de mi maternidad y del nacimiento de mi hija no es lo que la gente considera perfecta, la vida no vale por ser perfecta o imperfecta, sino por ser vida», resume su testimonio.
Asesinar al propio hijo no tiene vuelta atrás
Explica también que al ser madre su mundo se enriquece, pero el aborto no tiene vuelta atrás:
«Te dicen que el futuro se arruina al ser madre, pero tu mundo se enriquece. Es verdad que puedes llegar a la puerta de un abortorio desesperada, pero cualquier situación puede cambiar. Lo que no puede cambiar es que te deshagas de tu hijo» concluye Marta.