El P. Cantalamessa pide reflexionar sobre lo afortunados que somos los que creemos en Cristo

Esa fe debe tener consecuencias en la vida real

El P. Cantalamessa pide reflexionar sobre lo afortunados que somos los que creemos en Cristo

El P. Rainiero Cantalamessa ha dedicado su segunda predicación de la Cuaresma al dogma de la divinidad de Cristo y su influencia en la vida real de los cristianos. El papa Francisco estuvo presente durante la predicación.

(InfoCatólica) El predicador de la Casa Pontificia indica que «Señor, Adonai, era para Israel un título inequívoco; pertenece exclusivamente a Dios. Llamar a Jesús Señor, equivale, por ello, a proclamarlo Dios». Y pone el ejemplo de San Policarpo, mártir del siglo II:

Al mártir san Policarpo que era conducido ante el juez romano, el jefe de los guardias le hace entender que es suficiente que diga: «¡César es el Señor!» (Kyrios Kaisar) para ser puesto en libertad. Policarpo –lo sabemos por el relato de un testigo ocular enviado a las iglesias de la región– se niega para no traicionar su fe en el único Señor y sube a la hoguera bendiciendo a Cristo. El título de Señor bastaba para afirmar la propia fe de Cristo.

Dado que en el mundo grecorromano no bastaba el título de "Señor", pues no creía en un único Señor, el arrianismo sostuvo el error de negar la plena divinidad de Cristo sin descartar dicho título de señorío. Por eso el P. Cantalemessa señala lo siguiente:

Había que encontrar otro modo para garantizar la plena fe en Cristo y su culto divino. La crisis arriana ofreció la ocasión para ello. Esto nos introduce en la segunda parte del artículo sobre Jesús, la que fue añadida al símbolo de fe en el concilio de Nicea del 325:

«Nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma sustancia (homoousios) del Padre».

Y explica el papel del gran defensor de la fe trinitaria, San Atanasio:

El Obispo de Alejandría, Atanasio, campeón indiscutible de la fe nicena, está muy convencido de que no es él, ni la Iglesia de su tiempo, quien descubre la divinidad de Cristo. Toda su obra consistirá, por el contrario, en mostrar que esta ha sido siempre la fe de la Iglesia; que la verdad no es nueva, que la herejía es contraria.

El religioso descarta una interpretación histórica errada sobre las razones de la proclamación del dogma niceno:

La fe en la divinidad de Cristo ya existía, pues, y sólo ignorando completamente la historia alguien ha podido afirmar que la divinidad de Cristo es un dogma querido e impuesto por el Emperador Constantino en el concilio de Nicea. 

Y añade:

Es importante saber qué motiva a Atanasio y a los demás teólogos ortodoxos en la batalla, es decir, de dónde les viene una certeza tan absoluta. No de la especulación, sino de la vida; más concretamente, de la reflexión sobre la experiencia que la Iglesia, gracias a la acción del Espíritu Santo, hace de la salvación en Cristo Jesús.

A continuacion, el P. Cantalamessa desarrolla la importancia del dogma cristológico y trinitario para nuestra época:

Pero es tiempo de venir a nosotros e intentar ver qué podemos aprender hoy de la épica batalla sostenida en su tiempo por la ortodoxia. La divinidad de Cristo es la piedra angular que sostiene los dos misterios principales de la fe cristiana: la Trinidad y la Encarnación. Ellos son como dos puertas que se abren y se cierran a la vez. 

Y:

Todos creen que Jesús sea hombre; lo que diferencia a creyentes y no creyentes es creer que él es Dios. ¡La fe de los cristianos es la divinidad de Cristo!

El Predicador de la Casa Pontificia plantea entonces una cuestión fundamental:

Debemos plantearnos una pregunta seria. ¿Qué lugar ocupa Jesucristo en nuestra sociedad y en la misma fe de los cristianos? Pienso que se puede hablar, a este respecto, de una presencia-ausencia de Cristo. A un cierto nivel –el del espectáculo y los medios de comunicación social en general– Jesucristo está muy presente. En una serie interminable de relatos, películas y libros, los escritores manipulan la figura de Cristo, a veces bajo el pretexto de nuevos documentos históricos imaginarios sobre él. 

Y señala uno de los grandes problemas de nuestro tiempo:

Desde cierto punto de vista podemos decir, pues, que Jesucristo está muy presente en nuestra cultura. Pero si miramos al ámbito de la fe, al cual pertenece en primer lugar, observamos, por el contrario, una inquietante ausencia, cuando no incluso rechazo de su persona. ¿En qué creen, en realidad, los que se definen como «creyentes» en Europa y en otros lugares? La mayoría de las veces creen en la existencia de un Ser supremo, de un Creador; creen que existe un «más allá». Sin embargo, esta es una fe deísta, no todavía una fe cristiana.

Concluye, por tanto:

Basta una simple mirada al Nuevo Testamento para entender lo lejos que estamos, en este caso, del significado original de la palabra «fe» en el Nuevo Testamento. Para Pablo, la fe que justifica a los pecadores y confiere el Espíritu Santo (Gál 3,2), en otras palabras, la fe que salva, es la fe en Jesucristo, en su misterio pascual de muerte y resurrección.

El fraile capuchino indica la necesidad de planteanos en serio cuál es nuestra fe sobre Cristo:

Debemos dejarnos investir en pleno rostro, pues, por la pregunta que Jesús dirigió un día a sus discípulos, después de que estos le han referido las opiniones de la gente en torno a él: «Pero vosotros, ¿quién creéis que soy yo?», y por la aún más personal: «¿Crees tú?» ¿Crees realmente? ¿Crees con todo el corazón? San Pablo dice que «con el corazón se cree para obtener la justicia y con la boca se hace la profesión de fe para tener la salvación» (Rom 10,10). «De las raíces del corazón es de donde sube la fe», exclama san Agustín

Y exhorta:

Tenemos que recrear las condiciones para una fe en la divinidad de Cristo sin reservas y sin reticencias. Reproducir el impulso de fe del que nació la fórmula de fe... No basta con repetir el Credo de Nicea; hay que renovar el impulso de fe que se tuvo entonces en la divinidad de Cristo y del que no ha habido otro igual a lo largo de los siglos. De él hay necesidad nuevamente.

Según el religioso:

Hay necesidad de ello ante todo de cara a una nueva evangelización. San Juan, en su Primera Carta, escribe: «Quién es el que vence al mundo si no quien cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5,4-5). Debemos entender bien qué quiere decir «vencer al mundo». No quiere decir conseguir más éxito, dominar la escena política y cultural. Este sería más bien lo contrario: no vencer al mundo, sino mundanizarse. Lamentablemente no han faltado épocas en que se ha caído, sin darse cuenta de ello, en este equívoco.

El P. Cantalamessa pide que la fe en la divinidad de Cristo tenga efectos reales en la vida de cada cristiano

En el drama de Claudel «El padre humillado», ambientado en Roma en la época del beato Pío IX, hay una escena muy sugestiva. Una muchacha judía, bellísima pero ciega, pasea por la tarde en el jardín de una villa romana, con el sobrino del papa Orian enamorado de ella. Jugando son el doble significado de la luz, el físico y el de la fe, en un cierto momento, «en voz baja y con ardor», le dice ella a su amigo cristiano:

«Pero vosotros que veis, ¿qué hacéis vosotros con la luz? […]

Vosotros que decís que vivís, qué hacéis con la vida?»

Y añade:

Es una pregunta que no podemos dejar caer en el vacío: ¿qué hacemos, nosotros cristianos, con nuestra fe en Cristo? Más aún, ¿qué hago yo de mi fe en Cristo?

Pide, por tanto, una profunda reflexión:

Si nunca hemos reflexionado seriamente sobre lo afortunados que somos nosotros que creemos en Cristo, quizás es la ocasión para hacerlo.

El P. Cantalamessa concluye pidiendo lo siguiente a la Iglesia:

La frase más hermosa que una esposa puede decir al esposo, y viceversa, es: «¡Me has hecho feliz!» Jesús merece que su esposa, la Iglesia, se lo diga desde lo hondo del corazón

Predicación completa del P. Rainiero Cantalamessa

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19 comentarios

TOMAS
Padre Cantalamessa somos afortunados por nuestra FE, pero SIN OBRAS ESTA MUERTA. Seguir a Cristo o ganarse el Cielo no es fácil. Exige sacrificio, constancia, practica del Rosario, acudir a los Sacramentos, apostolado, no solo de palabra, sino con obras,
y dando testimonio con nuestro comportamiento. Personas alejadas Dios, incluso que lo tienen aparcado hasta el momento de la muerte. ¿ Y si les ocurre una muerte desgraciada, de esas inmediatas e inesperadas ¿, tendrán acaso ocasión de tener un sacerdote al lado, acaso autentico dolor de los pecados por haber ofendido a Dios, que también es Justicia, o el encontrarse con las manos vacías. Tendrán que salir esas palabras últimas ¡¡ Dios mío, perdóname ¡¡, ¿pero será con dolor de corazón?. Hay personas que no rezan y tienen la enorme desgracia que no hay quien rece por ellas. Ganar el mundo y perder el alma, es una realidad terrible. Todos se olvidaran de nosotros cuando muramos, ley de vida. ¿Alguien querido te facilitara a un sacerdote ?, o te dejaran morir sin ello, para no asustarte, ¡¡¡ terrible estupidez como equivocación ¡¡. Por eso CRISTO esta cerca de nosotros - pero no sale gratis- , y debemos corresponderle. Los ricos epulones nada se llevaran, y la Justicia de Dios es olvidada desgraciadamente.
18/03/17 2:13 PM
J.M.R.
La frase correcta es: Jesús Cristo merece que su esposa, la santa y casta Iglesia, se lo diga desde el hondo del corazón.
18/03/17 2:22 PM
Dorli
Una predicación clara, prístina, evangélica y del todo católica. ¡Dios bendiga al Padre Cantalamessa!
18/03/17 2:24 PM
Luis López
Una excelente predicación. No mayor regalo que en esta vida que creer en Cristo (en el verdadero, en el de la fe de la Iglesia). Y no sólo con el corazón, sobre todo con la cabeza, puesto que la fe es una adhesión plena -de la razón y del corazón- a la Verdad que se nos ha propuesto. Y la fe te da la certeza de recibir un amor tal grande e inmerecido, que convierte de hecho nuestra vida en una permanente acción de gracias.
18/03/17 2:26 PM
Opinando
La mayoría de los hombres le han rechazado, pero somos inmensamente afortunados porque es Él, Jesucristo el que sigue creyendo en nosotros, por eso el Padre sigue sosteniéndonos y continúa la historia del hombre.

Si perdiera a Jesucristo lo perdería todo; mi vida, mi cuerpo, mi esperanza, mi amor... todo es un regalo suyo; parecería vivo pero estaría muerto.

Ruego al dueño de la mies que envíe más obreros... Mi Señor Jesucristo ruega al Padre por nosotros, por todos; que el Espíritu Santo nos ilumine y nos infunda el valor de no rendirnos, de no callar, porque si no hablarán las piedras y ya no quedará tiempo para nosotros. Madre Santísima, intercede por nosotros tus hijos y no dejes de cubrirnos con tu manto y tu amor; santos todos, y ángeles del cielo rezad, por favor rezad por nosotros.

La batalla se ganó hace tiempo, pero el enemigo que se cae a pedazos lo hace con mucho ruido y mucho daño, quiere seguir arrastrando estrellas con su cola en la caída.

Ni aun con la eternidad que nos regalas hay tiempo suficiente para poder agradecer todo lo que nos has dado Padre, y nosotros una y otra vez -yo incluído- te volvemos la cara. Perdona, una y otra vez... Perdóname Padre.
18/03/17 3:07 PM
Echenique
Hace tiempo que me defraudó, aunque, en este preciso momento, no recuerdo el motivo, quizás porque toda su predicación es estilo disneylandia, como que no hay que corresponder a la gracia que Dios derrama a manos llenas. Muéstrame tu fe sin obras y yo por las obras te mostraré mi fe. Obras son amores y no buenas razones.
18/03/17 3:37 PM
Opinando
Por cierto...

La predicación completa -que viene el enlace al final- es una maravilla, altamente recomendable; al comienzo un poco densa, por la gran cantidad de información que vierte, pero al final es una gozada, y realmente interesantísima (y de obligada lectura para el que dice que los creyentes son brutos iletrados e ignorantes, porque, ¡caramba! Es un fenómeno el Padre Cantalamessa).

Respecto de los 'judíos mesiánicos', he de decir que hace unos años -cuando frecuentaba una iglesia evangélica-, tuve la oportunidad de entrar en contacto con ellos en un acto a nivel nacional en Toledo -tengo un precioso llavero del 'Si Jai' desde entonces conmigo-; para mí fue realmente sorprendente porque no conocía su existencia y fue bastante curioso e instructivo -y muy lógico, al menos, unos cuantos reconocen al 'Mesías'; no es de extrañar, tenía que seguir pasando ;)-.

No quiero acaparar espacio en los comentarios, perdón por ello, pero no quería obviar estas dos cositas.

Gracias y un saludo a todos
18/03/17 3:39 PM
César Fuentes
Como Santa Isabel le decía a Santa María, así nos tendríamos que decir unos a otros: bendita tu que has creído.
18/03/17 4:34 PM
Roberto
TOMAS

Dices que la fe sin obras estás muerta. Es verdad; pero ¿podemos vivir una moral exigente sin ayuda de la gracia? Con nuestras solas fuerzas ni podemos cumplir los mandamientos, ni podemos "ganarnos el cielo", como si esto consistiera en preparar una difícil oposición en la cual tenemos que "hacer codos" durante innumerables días y horas para aprobarla.

Dices "Cristo está cerca de nosotros, pero no sale gratis" ¿El concepto "gracia" no viene de gratuidad? ¿no es el Evangelio buena noticia de salvación? Claro que el ser humano desde su libertad puede acoger esta gracia o rechazarla y eso se notará en su estilo de vida, en sus actitudes, en su estar en el mundo. Pero lo nuestro consistirá en acoger, aceptar un regalo que se te ofrece sin merecerlo; y esto produce gozo y alegría. Y obras también, sí. Pero las obras buenas serán la constatación de que vivimos como hombres nuevos, de que hemos sido transformados por Otro; no los esfuerzos que hacemos para llegar a perfecciones inalcanzables humanamente, ni méritos propios heróicos para alcanzar salvaciones (eso es pelagianismo).

Es que a veces creo percibir que esto de la fe se plantea como un esfuerzo prometeico del hombre para llegar a Dios.
18/03/17 4:43 PM
J.M.R.
La fe sin el logos y la razón sin la fe, serían como tuertos o cojos en el reino de Jesús Cristo. Algunos necesitan llegar al extremo del apóstol Tomás. Amén.
18/03/17 9:30 PM
Pepito
Pues sí, comos muy afortunados al conocer a Cristo, pero también tenemos una gran responsablidad, pues al que mucho se le ha dado mucho se le pedirá.!Dame Señor lo que me mandas, que es amarte a Tí sobre todas las cosas, y entonces podrás mandarme lo que quieras¡, decia San Agustín.
18/03/17 10:38 PM
José Luis
No es por "fortuna", sino por la fe, creo en Jesucristo, en la Iglesia Católica. Lo que impide creer al alma en Jesucristo, es la costumbre del pecado, del vicio de las cosas mundanas. No es posible creer y amar a Jesucristo, si el alma tiene ataduras con las cosas terrenales. Creer en Cristo es una gracia de Dios, a todos nos es concedida. Pero el ser humano decide a quien servir, si se dedica al mundo, pues está cerrando su corazón a Cristo que había venido para mostrarle el camino de la salvación eterna. Es importante recordar, que el libre albedrío es también aceptar a Cristo, el libre albedrío indica el camino del amor a través de los mandamientos divinos. No existe libertad cuando el alma se arroja a los vicios y pecados.
19/03/17 9:00 AM
Tomas
Roberto,
Lutero estaría encantado contigo. El Cielo se gana no lo regalan.
Hay una anécdota, sucedió en un día soleado y bonito, cuando un padre con su hijo decidieron aprovecharlo para ir de pesca. El padre se le ocurrió decirle al hijo: Dejemos bien aseguradas las cañas aquí, y vamos y hagamos una fogata, para cuando “piquen” podamos cocinarlos y comer .El muchacho asintió. De pronto el muchacho dijo: ¡Papá, creo que ya picaron! El papá un poco incrédulo fue a revisar las cañas y efectivamente había un pez en cada una de ellas. Pasado el tiempo le muchacho dijo : ¡Papá, creo que han vuelto a picar! fue a revisar las cañas y efectivamente había pescado. Y tú, ¿Cómo lo sabías? El muchacho le dio la misma respuesta: ESTABA ORANDO. Dejaron aseguradas las cañas de pescar, hasta que el papá del muchacho dijo: ¡Hijo, creo que ya picaron nuevamente! Pero el muchacho le dijo: ¡No papá, no han picado y no van a picar ¡. Y tú - le dijo el Padre - , ¿Cómo lo sabes?. El muchacho respondió: ¡ES QUE ESTA VEZ NO ORE!. El padre le reclamó diciendo: ¿Y por qué no ORASTE?. El muchacho le contestó: !PORQUE SE TE OLVIDO PONERLE CARNADA A LOS ANZUELOS!. Santiago 2:17 dice que la FE sin obras es muerta. Los anzuelos para la pesca representan a la Fe, pero si no tienen “la carnada” [obras de Fe], está muerta, no hay pesca. ¡VAMOS ORANDO Y COLABORANDO!.
19/03/17 12:10 PM
Julian
Roberto,

Que barbaridades dices?. Las envidias son malas consejeras.

Fíjate en los mártires y en los Santos que se consumieron en CRISTO y correspondieron a su GRACIA con un continuo y heroico esfuerzo, y con actos de ENTREGA TOTAL a la misión que tenían encomendada, todo con sudor en su corazón por trabajar bien la viña del Señor, y hasta con su Sangre.
19/03/17 12:25 PM
Santiago
Santiago 2:14-17Reina-Valera 1960 (RVR1960)

La fe sin obras es muerta
14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,

16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?

17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
19/03/17 12:39 PM
Fatima
Si tu fe es genuina, entonces espontaneamente seras sensible hacia las necesidades de los demas...Buscaras acciones concretas para hacer algo a favor de ellas, aun costa de grandes sacrificios y renuncias...¿Como reaccionas ante las necesidades de las personas que te rodean e incluso aquellas que no conoces, y que se te presenta la oportunidad de ayudarles?. Tienes Fe pero eres ¿Egoista? ¿Piensas primero en tu conveniencia? ¿Te duele invertir tiempo y recursos a favor de ellas?.Si es asi, entonces tu fe, no sirve para nada...Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Santiago 2: 24. Las buenas obras, seran el resultado, la consecuencia de una FE GENUINA..No se justifica con decir: CREO... CREO... CREO... pero no hay evidencias palpables...No sea que es estemos muertos en vida, llevando un cristianismo farisaico y sin frutos.... Roberto es mejor que te releas lo tuyo y lo de los demás.
19/03/17 12:47 PM
Antonio
Los que querían seguir a Jesús sin conocer su camino y qué es lo que hacía y cómo ignoraban la realidad de las cosas: vida dura sin tener, en efecto, donde seguro comer o vivir. Eso era parte el aprendizaje de quien quiere ser discípulo suyo. "Seguir a Cristo, como Cristo quiere que se le siga, es tarea difícil" y no es gratis o fácil para un ser humano porque tenemos la tendencia, muy propia de nuestra especie, de querer permanecer con los nuestros. Sin embargo, el seguimiento del Hijo de Dios requiere de ciertos sacrificios que son, también, nuestra particular cruz. Hay que romper con lo viejo para acogerse a lo nuevo que es Jesucristo. Con eso lo que podemos entender es que todo lo pasado que no fuera de Dios hay que olvidarlo y abrir el corazón al Creador, a su Hijo y al Espíritu Santo. Pero todo esto sólo se puede hacer si se olvida lo que fuimos.JESÚS, exiges mucho de aquellos que quieren seguirte. No basta con decir Señor, Señor si no es que, en verdad, se hace la voluntad de Dios aunque la misma cueste mucho esfuerzo, entrega y trabajo para seguirte. Por eso puede parecer tan duro tu lenguaje y por eso, muchas veces, no te seguimos.
19/03/17 1:28 PM
Jose Maria
Claro que seguir a Cristo Jesús no es gratis. Nuestros hermanos separados dicen que sólo basta la fe para ser salvos, sin embargo, al revisar con un poco de detenimiento la Escritura, vemos que esto no es cierto. Si bien es verdad que Dios nos concede la salvación gratuitamente (por pura gracia), también debemos esforzarnos con buenas obras para alcanzar la salvación. En otras palabras, si decimos tener fe, pero no la traducimos en buenas obras, nuestra fe es inútil, como vemos claramente en los siguientes textos: Mt 3.8 Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: ‘Abraham es nuestro padre’. Mt 3.10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego. Mt 5.16 Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos. Mt 19.17 Si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos. Mt 16.28 Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, …, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.
19/03/17 1:39 PM
Roberto
TOMAS

"El Cielo se gana, no lo regalan"
Eso es pelagianismo puro y duro. Otra cosa es que regalándolo lo rechacemos por el pecado. Ahí está la libertad humana.
No voy a explicar ahora lo que es el pelagianismo, pero te puedes informar.

Julián:

¿Que digo barbaridades? Ninguna.
El heróico y continuo esfuerzo de los mártires y su entrega total que comentas hubiera sido humanamente IMPOSIBLE si no hubieran recibido un don especial del Espíritu Santo.
Que no son nuestras fuerzas las que hacen las cosas.
¿Tu crees que con nuestras fuerzas podemos ser sacerdotes, profetas y reyes? ! casi nada !
19/03/17 11:02 PM

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