(Life Site News/InfoCatólica) Los fieles, que se identifican como miembros de Veri Catholici, recuerdan que «los que hacen tales cosas no entrarán, como el Apóstol enseña, en el Reino de Dios».
Los autores piden a los obispos que relean el mensaje evangélico de San Mateo, que dice: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros»(Mateo 7: 6).
El grupo exhorta a los obispos a «temblar con temor santo» y recuerdan la existencia del Juicio Final a fin de convencer a los prelados para que «presten atención a estas cosas y den marcha atrás del abominable documento que se han atrevido a publicar».
La carta incluye una «Nota Bene», que al citar a San Pablo recuerda que los fieles pueden, en un momento de destrucción inminente de la fe, tomar la iniciativa incluso contra sus pastores. «Debe observarse que si la fe se pusiera en peligro, un sujeto debería reprender públicamente a su pastior. (Cf. Colosenses 4:17, 2 Timoteo 4: 5 y Gálatas 2:11)».También citan la misma enseñanza en los escritos de Santo Tomás de Aquino (Cf. Summa Theologiae, II-II, q., 33, A, 4, ad.2)
Al lado del texto de la carta abierta, los fieles también citan el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulado «Sobre la recepción de la comunión Eucaristía por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar». Este documento magisterial fue publicado el 14 de septiembre, 1994, firmado por el cardenal Joseph Ratzinger y aprobado por el papa San Juan Pablo II:
«Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística mientras persista esa situación», dice el documento. Igualmente se afirma:
«El fiel que está conviviendo habitualmente «more uxorio» con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística. En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona y del bien común de la Iglesia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente con la doctrina de la Iglesia. También tienen que recordar esta doctrina cuando enseñan a todos los fieles que les han sido encomendados».
La carta abierta insta a los fieles de todo el mundo a unirse prestando su apoyo. Firme la petición en vericatholici.wordpress.com