(CH/InfoCatólica) La aprobación por parte de la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología en el Reino Unido de un nuevo procedimiento en que un bebe es hecho a partir de dos mujeres y un hombre ha provocado la condena y alarma de grupos defensores de la vida.
El nuevo procedimiento intenta prevenir que los bebés nazcan con trastornos genéticos como las enfermedades mitocondriales. Las enfermedades genéticas son heredadas de la madre solamente, así que la nueva técnica utiliza un huevo del donante así como el óvulo de la madre y el esperma del padre para intentar que la enfermedad no se transmita al bebé. El primer niño de este tipo podría nacer, como muy pronto, a finales de 2017.
El doctor experto en bioética Anthony McCarthy, de SPUC, dijo que la decisión era temeraria y no haría nada para ayudar a los que ya están sufriendo con la enfermedad. «No es de extrañar que la HFEA haya aprobado la creación de embriones de “tres padres” dado su historial de socavar el respeto por el embrión humano y la integridad de la reproducción humana. Las dos técnicas que la HFEA ha decidido permitir no son curativas de las enfermedades mitocondriales y de ninguna manera ayudan a los que ya las tienen».
«Una de las técnicas, la llamada “Transferencia Pronuclear” implica la destrucción de dos embriones humanos mediante la eliminación del material nuclear del que tiene las mitocondrias defectuosas, cuya vida se termina, y la creación de un nuevo embrión mediante la colocación de este material nuclear en la concha de un segundo embrión que también es destruido», explicó el doctor McCarthy.
«La otra técnica, llamada “Transferencia de huso materno”, utiliza un óvulo donante que se enuclea y luego se administra el núcleo del óvulo de la mujer con la condición mitocondrial, de modo que cuando el óvulo se fertiliza se forma un embrión que se espera que esté libre de enfermedad (Este embrión tiene “tres padres”, ya que el óvulo donante es de una madre que hace una contribución genética al embrión). Si bien no es necesario destruir ningún embrión con esta técnica, la nueva vida se ha llegado a producir a través de un proceso de producción que fragmenta la maternidad y, en la práctica, estará sujeto al “control de calidad”».
El Dr. McCarthy concluyó: «Por último, vale la pena señalar que hay preocupaciones de seguridad muy graves sobre estas técnicas, que bien pueden transmitir nuevos problemas genéticos a las generaciones futuras. Tales preocupaciones han sido planteadas muchas veces por voces autorizadas en la comunidad científica y en otros lugares. La HFEA, así como socava el respeto por la vida humana y la reproducción, sigue mostrando una actitud imprudente hacia la seguridad de la sociedad que se supone que debe servir».