(LSN/InfoCatólica) La elección de Haley ha tranquilizado a los sectores más provida y profamilia del partido republicano, dado que se había especulado con que el elegido sería Richard Grenell, favorable al lobby gay y con experiencia en las Naciones Unidas.
En el año 2013 la gobernadora Haley apoyó una enmienda constitucional de su estado que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, rechazando así el matrimonio homosexual, aunque la sentencia de la Corte Suprema dejó sin efecto tal medida.
Sin embargo, cuando fue la encargada de responder al discurso del presidente Obama sobre el estado de la Unión en este año, Haley aseguró que el partido republicano respetaría los diferentes clases de «familias modernas» a la vez que pidió garantizar la libertad religiosa.
La que hasta ahora es la gobernadora más joven de su nación y la primera mujer en ocupar ese puesto en Carolina del Sur, firmó el Pain-Capable Unborn Child Protection Act, que busca prohibir los abortos de embarazos en un avanzado estado de gestación. Donald Trump aseguró en su campaña que convertiría esa iniciativa en ley nacional.
En cuestión de política inmigratoria, Haley criticó la petición de Trump de impedir la entrada de musulmanes a EE.UU, lo cual no ha impedido que sea elegida como futura embajadora ante la ONU.
La todavía gobernadora de Carolina del Sur ha declarado que su país «enfrenta enormes desafíos tanto a nivel nacional como internacional y me siento honrada de que el presidente electo me haya elegido para formar parte de su equipo».