(AIN) El incidente tuvo lugar hace dos días en el distrito de Mung Khuong. El P. Nguyn Van Thành estaba oficiando la Santa Misa, cuando los policías lo intimidaron a suspender la celebración. Después los agentes empujaron a los católicos fuera del lugar de culto, golpeando a un joven y arrestando a dos personas, una de ellas, de 14 años.
Trn T.T, un testigo, cuenta: «Entre los policías que irrumpieron en el lugar, estaba también Nguyn Quc Huong, vice-presidente del distrito, y otros dos vice-presidentes de organizaciones gubernamentales». Según Phan T.L, que también presenció el acto, fue Huong «quien ordenó que la policía viniera a la iglesia». Los agentes amenazaron a los feligreses y ordenaron al P. Van Thành que se presentara en la sede policial para ser «examinado e interrogado».
Apaleado
T. explica además que fue apaleado por los agentes: «No entiendo por qué me arrestaron y me golpearon, como si fuese un criminal. Me estrangularon, golpeándome la cabeza contra el muro. Me condujeron a la Comisión del pueblo de Mung Khuong y borraron todos los archivos de mi celular. Ahora me duele el cuello». Mientras estuvo en el departamento central de policía, T. fue «obligado a admitir que había puesto en peligro la seguridad y que había causado desorden en la comunidad. La policía me obligó a escribir un informe y a firmar un documento que asevera que ya no iré más a misa. Yo no lo firmé».
Asia News ha publicado que en el último tiempo, las autoridades comunistas de Lào Cai han aumentado las amenazas y la violencia ejercidas contra la minoría cristiana, y no permiten el registro de los lugares de culto, rotulando como ilegal cualquier reunión que se realice. Algunos parroquianos cuentan: «Muchas veces hemos solicitado a las autoridades locales poder construir una pequeña iglesia, pero siempre se han negado. Por lo tanto, debemos alquilar las viviendas de la gente para celebrar misa». La policía, sin embargo, «afirma que los sacerdotes no tiene derecho a celebrar, ni los parroquianos a participar. Cuando uno es descubierto, se le acusa de perturbar el orden. De este modo, el distrito de Mung Khuong viola la Constitución, que reconoce la libertad de culto».
Quieren tener una iglesia
A pesar de la oposición del gobierno, los fieles de las zonas montañosas septentrionales no se rinden: «Esperamos que el gobierno cree las condiciones para que podamos tener una iglesia. Todos los días celebramos la misa y rezamos por nuestras familias y por la sociedad».Trn T.T agrega: «Yo soy católico. Me presenté ante las autoridades, y dije que deseaba donar mi propiedad para la edificación de la iglesia. No me permitieron hacerlo».
Un informe publicado en febrero pasado por los activistas de la «Asociación para la defensa de la libertad religiosa» revela que en el país asiático conducido por el Partido comunista conviven 14 religiones distintas y 38 organizaciones religiosas. Los creyentes suman más de 24 millones(sobre una población total de 90 millones), y son cerca de 78.000 los «dignatarios» (miembros del clero), que viven en más de 23.000 lugares de culto esparcidos por todo el territorio.