(InfoCatólica) «El narcotráfico, en su estrategia de expansión e impunidad, penetra incluso estructuras estatales y fuerzas del orden, comprando conciencias. La corrupción ha minado la credibilidad de autoridades de diversa jerarquía encargadas de la lucha contra el narcotráfico, tanto en el presente como en el pasado», dice el documento episcopal, que ha causado malestar en el ejecutivo boliviano
Los obispos se refieren a conocidos casos de excomandantes de la policía detenidos por sus relaciones con el tráfico de cocaína y lavado de dinero, al igual que a instituciones como la estatal petrolera YPFB, «infiltradas por funcionarios y contratistas ligados al narcotráfico».
Tras conocer el texto de los prelados, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, valoró positivamente la preocupación de la Iglesia, aunque consideró que «está mal informada; deben demostrar afirmación temeraria de penetración del narcotráfico».
Según el comunicado de la CEB, que hace referencia a la problemática de los cultivos de coca, la drogadicción y el tráfico de drogas, «el narcotráfico es una realidad cada vez más alarmante» y «Bolivia es ya un país consumidor de droga y, a la vez, está siendo utilizada como país de tránsito de droga producida en otras naciones».
Ser país de tránsito, como el Gobierno arguye respecto a la cocaína peruana que cruza por su territorio rumbo a Brasil, «habla muy mal de la capacidad de interdicción, incluso puede ser interpretado como complicidad de nuestras instituciones», asegura la CEB., que añade que «hay un aumento de la producción y comercialización de la cocaína», pese a los esfuerzos gubernamentales en el combate al negocio ilegal.
Evo Morales, que tiene pensado visitar al Papa ese mes en Roma, no ha tenido mejor idea que solicitar a la Iglesia que indentifique a las personas que están involucradas en los crímenes denunciados.