(Agencias) Un testigo que pudo esconderse en un árbol ha narrado cómo pudo escuchar los gritos de niños que se hallaban dentro de sus hogares cuando los islamistas prendieron fuego a sus casas sin dejarles opción alguna a escapar, en un testimonio que recoge el diario británico The Guardian.
Los yihadistas irrumpieron en el pueblo con un convoy de coches todoterreno y motocicletas, desde el que dispararon indiscriminadamente a la población y lanzaron granadas. Llegaron allí por caminos rurales, evitando los controles militares de la carretera principal.
Los yihadistas, que antes de abandonar el pueblo incendiaron un gran número de viviendas, lograron infiltrar durante el ataque a tres mujeres suicidas que detonaron sus explosivos, según relató el coronel Musthapa Anka al diario Nation. Varios supervivientes del ataque -que se prolongó durante horas- cuentan que la ayuda militar tardó mucho en ellegar desde Maiduguri.
También intentaron penetrar en el campamento militar que hay a las afueras de la población, pero fueron repelidos por las tropas tras un intenso tiroteo.
Este es el tercer atentado que comete el grupo terrorista en los últimos cinco días, en los que ha muerto más de un centenar de personas. El primero se produjo el pasado miércoles en la localidad de Chibok, famosa por el secuestro de 200 niñas hace dos años y donde en esta ocasión murieron al menos once personas.
El segundo se produjo el viernes en la localidad de Gombi, también en el norte, donde murieron al menos ocho personas.