(Fides) «Eran como las seis menos diez de la tarde, en la iglesia había cerca de cuatrocientas personas, y la liturgia había llegado al momento de la comunión» explica el Obispo Georges Abou Khazen OFM, Vicario Apostólico de Alepo para los católicos de rito latino.
«Si la granada hubiese explotado en el interior –añade el obispo franciscano– habría sido una masacre. Sólo ha habido siete fieles heridos de forma no grave por la caída de escombros, y algunos daños materiales en el techo. Damos gracias a Dios y a la Virgen María. Y también a nuestros fieles, que desde sus hogares han corrido inmediatamente para evaluar los daños sufrido por la parroquia y para limpiar el interior de la iglesia, por lo que hoy ya se ha podido celebrar la misa matutina».