(Fides) «En los últimos días», explica a la Agencia Fides el arzobispo armenio, «circula información sobre la planta de energía que las milicias anti-Assad han dejado fuera de uso. Desde hace dos días no hay energía eléctrica ni luz, y se han intensificado los lanzamientos de misiles y morteros. Salimos adelante con generadores de gasolina, mientras aun nos queda, y con el agua extraída de los pozos, comenzando por los excavados en las iglesias y mezquitas».
Las noticias vagas acerca de las operaciones militares en curso en la región, también dan reflejos contrastados sobre el estado psicológico de la población: «por un lado», dice el arzobispo armenio católico de Alepo «sienten que algo está a punto de suceder, y muchos esperan que realmente pueda terminar el asedio que lleva años pesando sobre nuestros barrios. Por otro, todos tienen claro que el nivel decisivo donde se juega todo es geopolítico. Las potencias mundiales, en línea con las regionales, están luchando la guerra en territorio sirio: si realmente quieren, pueden acabar con esto en unos pocos días, o continuar hasta quién sabe cuándo».
En este sentido, el arzobispo Marayati considera como incautas y engañosas las declaraciones de algunos líderes de iglesias cristianas que han invocado una «guerra santa» contra los yihadistas del auto-proclamado califato islámico: «Ahora», señala el arzobispo armenio católico «hay quienes etiquetan como 'Guerra Santa' incluso la intervención rusa en Siria, pero recuerdo que cuando Estados Unidos intervino en Iraq, también hubo quien, en ambientes americanos, dieron a esa operación militar la etiqueta de 'guerra santa'. En realidad, quienes intervienen siempre se mueven por otros intereses. Y quien usa estas expresiones no conoce ni la historia ni la psicología de los pueblos de Oriente Medio. Al final, la cuenta de las 'guerras santas' de los demás siempre las pagamos nosotros, los cristianos de aquí».