(Actuall) Presentada este lunes por Rosa Urbón, directora del Instituto de la Mujer y para la Igualdad, dependiente del Ministerio de Sanidad, la guía Abrazar la diversidad: propuestas para una educación libre de acoso homofóbico y transfóbico, deja muy claras dos cosas. La primera es que la heterosexualidad no es natural, y afirma textualmente:
«Frente a los argumentos que sostienen que lo natural es la heterosexualidad, los hechos muestran que lo natural es la diversidad sexual»
Y la segunda es que todo el mundo es homófobo en mayor o en menor medida.
Página 11:
«Tenemos que ser conscientes de que todos y todas hemos sido enculturados en el sexismo y la homofobia y estas actitudes han de abordarse no solo a nivel social, sino también introspectivamente a nivel personal».
Para el Gobierno de España, que publica directamente la Guía, la homofobia «se puede desaprender», pero es necesario que cada persona se confiese homófoba a través de un ejercicicio de «introspección» personal, en un método que evoca el de la reeducación forzosa durante el periodo de la Revolución Cultural en la China maoísta.
El Instituto de la Mujer se implica a fondo en una publicación elaborada por profesores universitarios con un sesgo ideológico único, bajo la dirección de José Ignacio Pichardo Galán, de la Universidad Complutense.
Antes de publicarse, el documento ha sido sometido a la revisión de las distintas organizaciones del movimiento LGTB, según se indica en el apartado de agradecimientos, página 2.
Homófobos por todas partes
La directora de Igualdad del Gobierno hace suyos el diagnóstico del lobby ideológico sobre la incidencia del acoso homofóbico en los colegios, aunque, al mismo tiempo, admite que es un fenómeno que no aflora y es difícil de conocer.
El equipo del profesor Pichardo que ha elaborado la Guía se apoya en un estudio del Instituto de la Juventud de 2011, que indica que el 25% de los jóvenes entre 15 y 29 años han sido testigos de agresiones homófobas en sus centros educativos y el 20% manifiesta «un nítido rechazo» a la diversidad sexual.
Para el Gobierno, el volumen de casos justifica la elaboración de una Guía de prevención y respuesta para centros y familias, pero, por otro lado, admite que no hay datos sobre acoso homofóbico porque este tipo de conductas no se ven.
Rosa Urbón, al presentar la Guía, página 3:
«[el acoso homofóbico] no se conoce bien y, por ello, no es fácil que aflore. Este es un tipo de acoso que cuando se produce, mayoritariamente no se denuncia, debido a múltiples causas relacionadas con cuestiones como la negativa a revelar abiertamente la orientación sexual o la identidad de género, el miedo al rechazo y a las actitudes y expresiones discriminatorias, entre otras. Y, cuando se denuncian estos hechos, los profesionales del ámbito educativo no cuentan, en muchas ocasiones, con las herramientas adecuadas para hacer frente a este fenómeno».
Toda la Guía descansa en una visión paranoica de la homofobia como una infección cultural instilada en cada individuo, a causa de la «educación heterosexual» recibida, un tumor que hay que extirpar de raíz de las mentes adultas, mediante el «desaprendizaje» o la «reeducación» desde cero.
Página 44:
«Todas las personas hemos sido socializadas en la homofobia y la transfobia: conoce tus miedos, prejuicios y estereotipos sobre el tema, cuanto más lo hagas, más fácil será transformarte para transformar la realidad de tu centro educativo. Pide ayuda a un colega, a un profesional o contacta con algún sindicato, asociación de docentes o asociación LGBT para comenzar a formarte y a superar las dificultades que puedas encontrarte.»
El Gobierno, a través de esta Guía, conmina una y otra vez a un acto de contricción y de enmienda, con exclamaciones como «¡Sacude tus prejuicios!» o «¡Cuida tu lenguaje!»,dirigidas a profesores y padres.
Entre las recomendaciones de prevención, la Guía del Gobierno apunta la conveniencia de que los profesores coloquen en clase símbolos del movimiento LGTB (página 44), fomenten «la relación entre el centro y personas expertas u organizaciones LGTB» (página 53).
La orientación a los docentes de que deben apoyarse en los comisarios culturales del movimiento LGTB se reitera en distintos enunciados de la Guía: «Invita a personas abiertamente gays, lesbianas, bisexuales o trans a tus clases o al claustro para acompañar un proyecto educativo» (página 44).
Las directrices sobre el lenguaje correcto en el aula también son una constante de la Guía del Ministerio.
Página 46:
«Al hablar de orientaciones sexuales, no te centres únicamente en la salud sexual o en las infecciones de transmisión sexual: abórdala conjuntamente con la sexualidad, la percepción de su cuerpo, el amor, los afectos, el placer, los roles, la identidad de género y las orientaciones del deseo».
Y en la página 35:
«Utiliza un lenguaje inclusivo y no sexista para que toda persona que te escuche se sienta reconocida de forma positiva en tu discurso. El lenguaje es rico y diverso, y esta puede ser una excelente oportunidad para conocer las posibilidades que ofrece».
En la misma:
«Evita hablar siempre desde el punto de vista masculino (androcentrismo) y tratar al resto de personas como si todas fueran heterosexuales (heterosexismo). Respeta el deseo de cada persona a ser tratada con el género con el que se identifica».
Las directrices del Gobierno contra la homofobia combinan el gigantismo de la amenaza homofóbica con una respuesta policial para el pensamiento y las conductas fuera de la norma ideológica. El documento se propondrá a todos los centros escolares de España como el marco de referencia de la perspectiva de género aplicada a la vigilancia y el control de la comunidad educativa.
La guía completa Abrazar la diversidad: propuestas para una educación libre de acoso homofóbico y transfóbico puede consultarse y guardarse en este enlace:
http://www.inmujer.gob.es/actualidad/NovedadesNuevas/docs/2015/Abrazar_la_diversidad.pdf