(ACI Prensa) A principios de este mes, la resolución del ISP (entidad dependiente del Ministerio de Salud y responsable de las políticas del sistema de salud pública en Chile) modificó la condición de comercialización de esta píldora, la cual fue aprobada en septiembre de 2006 durante el primer gobierno de Michelle Bachelet. Las antiguas y únicas condiciones para acceder a ella eran ser mayor de 14 años y la receta médica.
Según informa el sitio web del ISP, la principal razón de la liberación de receta de la píldora del día siguiente recae en que su uso va en aumento y «lleva 10 años de uso, es segura y la farmacovigilancia demuestra que no tiene efectos negativos para la salud pública».
En este contexto, el experto en bioética y miembro de la Pontificia Academia para la Vida, Dr. Patricio Ventura-Juncá, dijo a ACI Prensa que «todos los estudios referentes a la repartición facilitada de esta píldora demuestran que no existe ningún impacto en disminuir los embarazos no deseados en ninguno de los países estudiados».
Por lo tanto, «la entrega de la píldora sin ningún requisito incluso a menores de edad, visto solo desde el punto de vista científico y de salud pública parece un gran despropósito. Este sería un gasto inútil y dada la escasez de recursos del Ministerio de Salud esto presenta una objeción ética».
Además, continuó el experto, «se está exponiendo a las mujeres a un impacto alto de dosis de hormonas que tienen efectos transitorios agudos indeseados», como «dolor abdominal, vómitos, sangramiento, entre otros».
«Aquí nos topamos con una ideología de género muy especial que afecta la dignidad de la mujer, de la maternidad y del sentido de la sexualidad», afirmó el Dr. Ventura.
«Los embarazos no deseados en adolescentes son un tema que va mucho más allá del uso de un fármaco. Estos tienen que ver con una educación integral de la sexualidad, la afectividad y el amor en una pareja».
En cuanto al impacto de la píldora en menores de edad, el Dr. Ventura advirtió que «el excluir a los padres de este acto lo único que hace es romper el círculo de confianza y de relaciones que debe existir en la familia, el cual es un ayuda para el ejercicio responsable de la sexualidad».