(Efe) Según los jueces, el monumento, que mide casi dos metros, es un símbolo de fe y, por lo tanto, viola la prohibición vigente en el estado de usar propiedades públicas en provecho de la religión.
«El monumento a los Diez Mandamientos explicita unas ideas que hacen referencia directa al judaísmo y al cristianismo», explicó en el fallo el presidente del tribunal, John Reif.
Según Brady Henderson, presidente de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) de Oklahoma, quien interpuso la demanda, el Supremo estatal trasladará la petición al juez del distrito correspondiente quien, a su vez, deberá emitir la orden para que se retire el monumento.
Esta decisión levantó cierto revuelo político en Oklahoma entre los congresistas más conservadores, que propusieron destituir a los magistrados o cambiar la Constitución estatal.
Tanto la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, como el procurador general, Scott Pruitt, ambos republicanos, han apoyado la permanencia del monumento.