(InfoCatólica) El prelado parte del siguiente texto de la agencia católica de noticias KNA
El Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) exige que se creen formularios para la bendición tanto de parejas del mismo sexo como de parejas de separados. Para ello se deberían desarrollar ritos litúrgicos, según se dice en un documento aprobado el pasado sábado en Würzburg por unanimidad de la asamblea general, con destino al sínodo de los obispos del próximo otoño. Además, se necesitaría alcanzar una «aceptación incondicional de la vida en común de las parejas de hecho del mismo sexo así como un claro posicionamiento contra la marginación, todavía existente, de las personas homosexuales». El comité de los católicos subraya que también en otras formas de vida en común se pueden dar los valores del matrimonio, por ejemplo el «sí» inquebrantable hacia la otra persona o la constante disposición a la reconciliación. «Estas formas de vida y de familia deben ser valoradas expresamente aunque no satisfagan la forma de un matrimonio sacramental» (KNA).
Mons. Oster advierte que «si alguien quiere obtener información más detallada acerca de lo que dice la fe de nuestra Iglesia sobre la pareja, la familia y la sexualidad, si alguien quiere formar su conciencia en la fe de la Iglesia y quiere saber lo que, desde el punto de vista de la fe, se tiene en estos temas por justo o por equivocado», debe contestar a las exigencias del ZdK.
El prelado recuerda que «la Iglesia cree, apoyada en la Revelación, que el goce de la práctica sexual encuentra su genuino y, en definitiva, único lugar legítimo en el matrimonio entre un hombre y una mujer, en el que ambos están abiertos a la transmisión de la vida y por el que se contrae una unión indisoluble hasta la muerte de uno de los dos».
Mons. Oster explica que «desde el punto de vista de la Sagrada Escritura, cualquier otra forma de consumación de la práctica sexual fuera del matrimonio es considerada fornicación o adulterio, con dramáticas consecuencias para aquellos que se aventuren en la misma».
Y añade:
«Si ahora se exige que otras formas de vida en común entre personas sean valoradas sobre todo porque en ellas se vive la fidelidad, la disposición a la reconciliación y el compromiso mutuo, habrá que suponer entonces que esta exigencia del ZdK incluye la práctica sexual y no la excluye, porque en otro caso estaríamos hablando sobre todo de relaciones de amistad y no de pareja. En mi opinión no hay problema en reconocer que la Iglesia ha visto siempre con buenos ojos e incluso ha bendecido la auténtica amistad. En cambio, por lo que vemos, estas cuestiones que estamos discutiendo se refieren en lo esencial al sexo entre dos personas», por lo cual pide coherencia plena al ZdK para que incluya «abiertamente la exigencia de que bendigamos también la práctica de la sexualidad en las relaciones fuera del matrimonio».
El obispo plantea que si «tenemos que organizar celebraciones litúrgicas para bendecir relaciones de todo tipo distintas del matrimonio sacramental, se me ocurre la pregunta: ¿por qué sólo para dos? Si, por ejemplo, tres o más personas, de sexos iguales o distintos, a la vez que comparten la cama quieren formar un marco acogedor y fiable para los niños, ¿por qué no bendecimos también esta unión?»
«La fe y la Escritura», recuerda el obispo «no se basan de forma primaria en valores, sino en la revelación, en el mismo Cristo. Él no es ningún «valor», sino la misma Palabra de Dios, es aquél que ama al hombre personalmente, lo toca, lo libera, lo capacita para alcanzar otra vida y, sobre todo, para un amor y una fidelidad que el hombre no posee en sí mismo, sino a través de Cristo. Ahora bien, si el criterio es el mismo Cristo, y si a través de la Escritura, la Tradición y el Magisterio hemos tenido conocimiento fiable de su voluntad (ver por ejemplo 1 Cor 7, 10-11), entonces, en mi opinión, necesitaríamos una aclaración mucho mayor que la simple apelación a valores, que nos argumente de forma concluyente por qué justo en estos temas cruciales relativos al matrimonio y a la sexualidad hay que cambiar la voluntad de Jesús después de 2000 años».
Respecto al argumento de los «signos de los tiempos», el prelado alemán pregunta: «¿Quién decide cuáles son estos signos y por qué precisamente en este tema deberían producir nuevos resultados?»
«En mi opinión», escribe el obispo, «lo que se propone el ZdK con esta declaración es dejar atrás aspectos esenciales de la imagen bíblica del hombre y del conocimiento bíblico de la revelación. Y me resulta realmente alarmante que, al parecer, se aventura por este camino con el apoyo de la inmensa mayoría de sus representantes».
Y advierte que «las forzadas referencias constantes al Papa Francisco que sustentarían este nuevo programa no justifican en absoluto el dramático cambio de rumbo que se quiere llevar a cabo». Además cree que «hay una alta probabilidad de que el próximo sínodo nos muestre que tanto el nombre como el programa del Papa Francisco han sido instrumentalizadosaquí a favor del propio programa político, que no bíblico, del ZdK».
Mons. Oster concluye asegurando que «el hecho de que muchos católicos, después de leer textos como este, no se sientan ya representados por el ZdK, no creo que sea culpa de estos católicos».
Apoyo de cinco obispos alemanes
A los pocos días de la publicación del texto de Mons.Stefan Oster, cinco obispos alemanes le mostraron su apoyo a través de la siguiente carta:
S.E. Reverendísimo Señor Obispo
Dr. Stefan Oster
Passau
16 de Mayo de 2015
Reverendísimo Señor Obispo de Oster, querido hermano Stefan:
Te agradecemos tu toma de posición frente al documento aprobado por la asamblea de primavera del ZdK titulado: «Tender puentes entre magisterio y realidad de la vida – familia e Iglesia en el mundo de hoy». Nos adherimos totalmente y en su conjunto a tu argumentación acerca del Magisterio sobre la visión cristiana de la persona y su relación con el significado que tiene el ser mujer y el ser hombre y, sobre todo, el significado que tiene para el matrimonio cristiano. Tu argumentación está fundamentada en las enseñanzas de Jesús, en la Escritura y en la Tradición de la Iglesia.
En Alemania vivimos ahora en una sociedad fuertemente secularizada. Esta circunstancia no debe desanimarnos ni llevarnos a buscar una acomodación a la corriente dominante (mainstream), sino que hay que entenderla como una ocasión para descubrir de nuevo la singularidad de la vocación cristiana en el mundo de hoy. El anuncio franco y abierto del magisterio de Jesús en el Evangelio y el acceso a una relación con él como riqueza para nuestra vida, tal y como lo has expuesto en tu réplica, constituyen una condición indispensable para ello.
Por lo tanto, estamos convencidos de que también muchos fieles te están enormemente agradecidos por tus claras palabras.
En fraternal solidaridad te saludan los obispos de
Augsburg: Dr. Konrad Zdarsa
Eichstätt: Gregor M. Hanke OSB
Görlitz: Wolfgang Ipolt
Regensburg: Dr. Rudolf Voderholzer
Würzburg: Dr. Friedhelm Hofmann