Cinco años de perseverancia por fin recompensados

Largo camino hacia la forma extraordinaria en Lecce

Desde 2009, el grupo Summorum Pontificum de la archidiócesis Lecce sobrevivía como podía, en una situación de inestabilidad permanente. El arzobispo de Lecce, Monseñor D’Ambrosio, fue uno de los obispos de Apulia que solicitaron (sin éxito) al Papa Francisco en 2013 que anulara la decisión de Benedicto XVI de permitir libremente la celebración de la forma extraordinaria. A pesar de ello, a fines de 2014, Mons. D’Ambrosio regularizó, finalmente, la situación de los fieles que deseaban asistir a la liturgia tradicional.

(Paix Liturgique/InfoCatólica) En abril de 2009, al mismo tiempo que el nuevo arzobispo se instalaba en Lecce, se celebraba la primera misa según la forma extraordinaria del rito romano en la archidiócesis. Organizada con el apoyo de un párroco de buena voluntad y celebrada por un sacerdote del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote venido de Roma, era la culminación de largas semanas de preparativos. La misa se celebró en un horario libre entre dos misas dominicales ordinarias, pero pronto los fieles se desilusionaron, puesto que ya desde la segunda misa, algunos parroquianos habituales comenzaron a protestar de tal manera ante el párroco que éste decidió trasladar la celebración a una iglesia anexa. La nueva iglesia era bella y estaba bien ubicada, pero la separación impedía a los fieles participar en la vida de la parroquia.

Gracias al apoyo del párroco y a los esfuerzos de los fieles que, todas las semanas, multiplicaban las llamadas y los kilómetros para conseguir un celebrante, la misa tenía lugar todos los domingos. Además, los fieles organizaban diversas conferencias y encuentros sobre el tema de la liturgia tradicional y el motu proprio de Benedicto XVI. Cada una de estas conferencias constituía una ocasión para publicitar su existencia y su amor por la misa tradicional, como también para invitar a un sacerdote que celebrara el domingo. Aunque todos estos esfuerzos costaban mucho, tanto en tiempo como en dinero, los fieles estaban dispuestos a todos los sacrificios con tal de poder vivir su vida cristiana al ritmo de la forma extraordinaria.

A fines del año 2009, pidieron al nuevo arzobispo que designase un celebrante regular. La respuesta no se hizo esperar: Monseñor D’Ambrosio no era partidario de la forma extraordinaria y rechazó la idea de designar formalmente a nadie. De hecho, unos años después, en 2013, apenas elegido el papa Francisco, el arzobispo de Lecce sería uno de los obispos de Apulia que reclamaron, sin éxito, al nuevo Papa que abrogase el permiso de Benedicto XVI para celebrar libremente la forma extraordinaria del rito romano.

Los fieles no se desanimaron y siguieron con su esfuerzo semanal domingo tras domingo para conseguir sacerdotes que celebrasen la misa según la liturgia tradicional. Pensando que la presencia de diferentes prelados podría ayudar a desbloquear la situación, invitaron sucesivamente al cardenal Brandmüller, al cardenal Burke, a Mons. Schneider, etc. Todo fue en vano, por desgracia, y como señaló uno de los responsables del grupo, «al contrario, poco a poco, la indiferencia hacia nosotros se transformó en una franca hostilidad, al punto que incluso algunos sacerdotes diocesanos que asistían a nuestras conferencias, terminaron por dejar de venir».

Finalmente, en 2014, en la misma iglesia puesta a su disposición, el grupo terminó siendo considerado indeseable. «La Providencia quiso entonces que otro sacerdote, capellán de una cofradía, nos brindara su hospitalidad y además se mostrara dispuesto a celebrar para nosotros. Por desgracia, no imaginamos que los miembros de la cofradía protestarían ante el arzobispo. Éste, de inmediato, prohibió de manera explícita al sacerdote binar [celebrar dos veces la misa el mismo día]. El sacerdote no se desanimó y decidió encontrar alguien que lo reemplazara en la misa de la cofradía, celebrada en la forma ordinaria, para así poder estar disponible para nosotros. Entonces llegó una nueva disposición para los capellanes de las cofradías de la diócesis, que los obligaba a celebrar en persona las misas dominicales de su cofradía...».

Frente a semejante adversidad, muchos habrían abandonado su empeño. Pero no los de Lecce, que decidieron apelar a Roma. Cabe aclarar que uno de los miembros de la Comisión Ecclesia Dei, el padre Nuara, había concurrido varias veces a celebrar a Lecce y conocía perfectamente la situación. Ante todo, los fieles de Lecce tenían la ventaja de poder proponer una solución muy sencilla, dado que el capellán de la cofradía seguía dispuesto a celebrar para ellos. Bastaba que se le concediera la facultad de binar, es decir, de celebrar tanto para la cofradía (en la forma ordinaria) como para el grupo Summorum Pontificum (en la forma extraordinaria).

Poco después, el arzobispo se puso en contacto con los fieles y publicó, finalmente, en noviembre de 2014, un decreto autorizando al capellán a binar. Desde entonces, los fieles del grupo se reúnen todos los domingos a las 11 horas en la iglesia San Francesco da Paola (o Santa Maria degli Angeli), en la plaza de Peruzzi.

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13 comentarios

CACL
Resulta lamentable tanta obstrucción por un derecho básico de los fieles... lo único que consiguen es que los afectos a la liturgica tradicional se distancien incluso... Los obispos obstrucionistas tendrán como pena de purgatorio celebrar pontificales por el rito tridentino...
20/05/15 6:25 PM
Maricruz
Para mayor gloria de Dios, en Costa Rica ya estamos celebrando la misa varias veces al año. Estamos muy contentos y esperanzados.
20/05/15 6:45 PM
Merelo
No es pena adecuada, CACL. Deberían durante su fase de purgatorio, no menor a 12 milenios y sin posibilidad de redimir por indulgencias, celebrar a diario misa étnica amenizada con guitarras, bangos, gaitas, castañuelas y botellas de anís "rascadas", y tragarse en cada ocasión como predicadores a teólogos de la liberación glosando los discursos de Fidel Castro. Y de monaguillos acompañarles un par de ex-curas galegos expertos en misas de kermesse con hogazas de pan y vino do pais.
20/05/15 7:31 PM
Rexjhs
Hay algo malo en esa oposición a muerte al rito tradicional de la Iglesia. Un católico fiel no tiene ningún problema en asistir a misa tradicional o Novus ordo, porque sabe que ambos son válidos. Es más, el vetus ordo ha sido la forma ordinaria de la misa durante casi 2000 años. Huele mal que haya un grupito que no se contente con no ir a la misa tradicional, sino que luche beligerantemente, como si le fuera la vida en ello, para que ningún feligrés pueda asistir a ella.
20/05/15 7:59 PM
Luis López
El pasado domingo el Arzobispo de Sevilla Monseñor Asenjo nos acompañó en la Santa Misa por el Rito Extraordinario que todos los domingos se celebra en el Oratorio de Cristo del Barrio de Santa Cruz.

No la presidió, pero sí pronunció la homilía -una magnífica homilía por cierto- y luego nos dio a los fieles la bendición final.

Que quede constancia de mi agradecimiento a mi Obispo por acompañarnos en esta entrañable ocasión.
20/05/15 11:15 PM
Hermenegildo
¿La Pontificia Comisión "Ecclesia Dei" llegó a intervenir?
21/05/15 12:07 AM
Manuel MV
La rito extraordinario, es decir, el de siempre, es ostensiblemente católico y eso es demasiado para la mayoría de los obispos y los hermanos "separados". Ese es el quid de la cuestión.
21/05/15 1:29 AM
antonio49
Uno se pregunta la razón de tal oposición. Tal vez la respuesta vino de Benedicto XVI cuando dijo que parecería que algunos grupos de la sociedad necesitan de alguien a quien odiar y hacer objeto de su encono. Y lo dijo refiriéndose a reacciones provocadas por la celebración de las Misas "vetus ordo".
En mi país, tristemente, no existen por una fuerte oposición soterrada. Tampoco es frecuente una celebración digna del N. O.
Como se dice aquí: no comen ni dejan comer.
21/05/15 2:08 AM
Miguel Antonio Barriola
Está bien apreciar el rito anterior al Vaticano II. Pero, que se lo celebre coherentemente.
En la foto, por ejemplo, en plena elevación de la hostia consagrada, el obispo celebrante lo hace con el solideo en su
testa, cuando debería habérselo quitado para ese momento.
21/05/15 11:30 AM
Daniel Sudaca
No es un solideo, sólo es calvo (o medio calvo). Cordialmente
21/05/15 2:39 PM
Miguel Antonio Barriola
¡Qué raro que esa "calvicie" muestre un color tan rojo"!
21/05/15 8:40 PM
Daniel Sudaca
No es tan rojo. El celebrante es Monseñor Nicola Bux, la foto corresponde a una celebración del 4 de Diciembre de 2011
22/05/15 2:41 PM
BUENA NOTICIA !
Qué bueno que el Papa Francisco "dirima" de una vez y aclare entre los Obispos la "necesidad" de darles la oportunidad a los fieles de volver a participar de una Misa Tridentina! Eso espero. LOS MAYORCITOS ( DE 60-70 Y MÁS) podríamos decir con el anciano Simeón el "Nunc dimitis"... antes del encuentro definitivo con el Señor!
Si los Obispos sintieran con el pueblo, se darían cuenta que muchos se fueron de la iglesia católica horrorizados porque les quitaron lo que consideraban bueno y se los cambiaron por nada... es más "se los prohibieron". Anora casi nada hay que les parezca sagrado, reverente, El Santo Sacrificio Incruento, algo Majestuoso, Milagro viviente del Señor entre nosotros! Ahora, hasta se atreven irreverentes a repetir duro las palabras de la consagración que corresponden al Sacerdote.
Antes era en Latín, pero había Catequesis. Ahora es en lengua vernácula, pero con muy poca Catequesis... Se les hace lo mismo... Espero que pueda volver a participar de Misas de Angelis, Pange lingua, Salve Regina, y todo eso tan hermoso!!! No como la desmejorada liturgia de hoy...
22/05/15 5:01 PM

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