(Chile B) Según el documento al que Chile B ha tenido acceso, el cardenal indica que «la trayectoria académica del profesor Costadoat, registra afirmaciones poco prudentes que desdibujaban la enseñanza magisterial de la Iglesia en diversos puntos centrales de la misma, generando razones suficientes para afirmar que él no ha asentado suficientemente en sus posiciones el principio básico de que las disciplinas teológicas han de enseñarse, a la luz de la fe, bajo la dirección del Magisterio de la Iglesia, de tal forma que los alumnos reciban con toda exactitud de la divina revelación la doctrina católica».
Costadoat habría sido teológicamente cuestionado por la Santa Sede hace casi una década, ocasión en la que, incluso, fue intervenido para hacer una revisión detallada de sus escritos ligados a la llamada «teología de la liberación».
Ya en esa ocasión debió retractarse debido a los graves errores detectados por la autoridad vaticana desde el punto de vista teológico, razón por la cuál, habría estado, al menos, dos años sin autorización para ejercer la docencia en la Universidad Católica de Chile. Aún así, se hizo ver que siguió haciéndolo.
Considerando esta situación, el año 2012, el cardenal Ezzati, luego de dialogar con él y sabiendo las dificultades que tenía, le concedió el mandato canónico por 3 años, según indica el comunicado «para regularizar su situación y bajo el supuesto de que su labor se desarrollaría y avanzaría en orden a superar las dificultades enunciadas» Dicho mandato expiró el 6 de marzo de este año y no ha sido renovado por la autoridad eclesiástica.
Cabe destacar que todas las Universidades Católicas Pontificias están bajo la tuición primera y directa del Gran Canciller –que en Chile corresponde al Arzobispo de Santiago–, debido a que en las facultades de teología se forman los futuros consagrados y, por su tarea, están también al servicio de la comunidad académica. Este derecho es privativo del Gran Canciller y requisito indispensable para enseñar teología en esa Facultad. Desde la PUC descartan algún tipo de «persecución» y aseguran que en los últimos años se ha otorgado la venia para dictar cátedra, regular y periódicamente, incluso cada vez que se ha solicitado.
Fuentes consultadas por Chile B, aseguran que “la alta figuración pública del sacerdote y su contante opinión sobre todos los temas y con poca rigurosidad teológica”, sumado a una serie de problemas pedagógicos denunciados por alumnos de la facultad, habrían desencadenado la decisión del gran canciller. Este último, evitando denostar aún más la labor del religioso, habría decidido no referirse públicamente a esta situación.
Dicha versión contrasta con la declaración del mismo Costadoat, quien aseguró estar sorprendido. «Le expresé (a Ezzati) que nunca los alumnos se habían quejado por haber ejercido mi libertad para enseñar. La evaluación que ellos han efectuado después de los cursos, que se me ha comunicado oficialmente, ha sido en veinte años de docencia consistentemente positiva».
De acuerdo al texto citado y al que tuvo acceso Chile B, luego que el cardenal Ezzati evaluó la situación y llegó a la convicción de que el teólogo jesuita no superaba las dificultades antes señaladas, decidió no renovar el mandato «bajo la certeza de que la docencia del profesor Costadoat en el actual estado de cosas, dista de la enseñanza teológica que se espera de una universidad que tiene la característica, y la exigencia, de ser católica y pontificia».
«Como lo he expresado, respeto que el profesor ejerza su libertad como teólogo e investigador», aseguró el cardenal Ezzati, «pero no sólo es mi derecho, sino también mi deber, tutelar que en la UC, y particularmente en su Facultad de Teología, y desde ella, se enseñe la auténtica doctrina de la Iglesia y que los alumnos que allí se forman lo perciban con total claridad y sin confusiones», concluyó.