(Fides) La noticia la confirmó a la Agencia Fides el sacerdote caldeo de Mosul, Pablo Thabit Mekko. «La del domingo pasado - dice el p. Pablo - es la primera misa celebrada en una iglesia de esos pueblos de la llanura de Nínive abandonados por la población cristiana a principios de agosto, ante el avance de la milicia del IS».
Tel Isqof, al norte de Mosul, es una de las pocas aldeas en la Llanura que ahora está de nuevo bajo el control de los Peshmerga, después de que los milicianos del IS fueran derrotados. A tan sólo 15 kilómetros de distancia está Tilkaif, todavía en manos de los yihadistas. Estas aldeas estaban desiertas después del éxodo masivo de agosto, por ser una zona atravesada por la línea del frente.
Fueron, celebraron y regresaron
«Un grupo de hombres jóvenes, ahora refugiados en Kurdistán, han querido ir hasta allí con un sacerdote por unas horas, con la intención de abrir la iglesia para tocar las campanas y unirse a la celebración de la Misa. Después de la liturgia han regresado al norte, a los lugares en los que actualmente viven como refugiados».
La iniciativa también ha tenido un valor simbólico: «Era una manera de decir que no nos iremos de nuestras tierras, y que cultivamos con tenacidad la esperanza de volver pronto a nuestros hogares y a nuestras iglesias», repite el padre Pablo, quien también está refugiado en Ankawa, un distrito cristiano de Erbil.