(Corriere della Sera/InfoCatólica) Aldo Cazzullo entrevista al cardenal Camilo Ruini:
Eminencia, del Sínodo sale una Iglesia dividida. Se ha votado, las posiciones sostenidas por el Papa han prevalecido, pero por muy poco. ¿Qué impresión ha sacado?
La que el Papa Francisco ha expuesto en el discurso conclusivo: no la de una Iglesia dividida, sino una Iglesia con posiciones diferentes. Una Iglesia que es comunión: el único cuerpo de Cristo, en el que somos miembros los unos de los otros. Me parece un poco forzado decir que algunas posiciones eran sostenidas por el Papa más que otras. Él mismo ha querido que hubiera plena libertad de palabra. Y también es muy arriesgado hablar de mayorías y minorías.
Sin embargo, se han coagulado elementos de disensión y de malhumor hacia Francisco. ¿Es normal? ¿O pueden derivarse consecuencias negativas?
Estos elementos puede haberlos, no sería ciertamente la primera vez. Sucedió también en el Concilio. Consecuencias negativas podría haberlas si alguno olvida que el Papa es la cabeza y el fundamento visible de la unidad de la Iglesia.
Francisco ha criticado a «los celantes, los escrupulosos, los apresurados, los así llamados tradicionalistas, los intelectualistas». ¿A quién se refería?
Pero también ha criticado a los «buenistas», a quienes querrían descender de la cruz o maquillar el depositum fidei para contentar a la gente. Colocar al Papa en una parte contra la otra es hacer lo contrario de lo que el mismo Papa nos pide.
En la entrevista con Ferruccio de Bortoli, Francisco dijo que no se reconocía en la fórmula de los valores no negociables. Pero esa fórmula ha sido central en los últimos años para el Vaticano, y también para la Conferencia episcopal italiana.
La fórmula se remonta a una nota de noviembre de 2002 de la congregación para la doctrina de la fe, guiada entonces por el cardenal Ratzinger, que la ha usado alguna vez también como Papa. La expresión se refería al trabajo de los católicos en la vida política y el sentido se precisaba en la misma nota: servía para distinguir las exigencias éticas irrenunciable de las cuestiones sobre las que para los católicos es legítima una pluralidad de puntos de vista. Yo mismo he usado esa fórmula. Pero no amo hacer problemas con las palabras y no tendría dificultad en renunciar a una expresión que efectivamente ha sido a menudo equívoca; como si se privase a los católicos dedicados a la política de su libertad y responsabilidad, mientras que en realidad se limita a llamarles a la coherencia, confiando esta petición de coherencia a la libertad de cada uno.
¿Es verdad que un grupo de cardenales durante el Sínodo ha ido a ver a Ratzinger para pedir que intervenga, recibiendo una negativa?
No he oído nada de eso en ningún momento. Me sorprendería un poco que hubiese sucedido, sin que antes o después me llegase alguna información al respecto.
¿Cuál es hoy el papel del Papa emérito? ¿Le ha podido hablar?
He estado con él dos veces, la última el pasado mes de septiembre. Hemos hablado sobre todo de teología. Su función la ha precisado él mismo: no ejerce ninguna función de gobierno; sostiene la Iglesia desde dentro, con la oración y con la fuerza de su pensamiento teológico.
¿Es de verdad imposible dar la comunión a un divorciado sin violar la indisolubilidad del matrimonio?
Si el matrimonio permanece indisoluble, y por tanto continúa existiendo, contraer un nuevo matrimonio sería un caso de bigamia; y tener relaciones sexuales con otras personas sería un adulterio. No se puede pretender que el matrimonio sea indisoluble y que sea posible comportarse como si no lo fuese.
Regla que no se cambia, praxis más elástica: ¿será este el compromiso final?
Es probable. En la misa de ayer se cita un salmo que dice: verdad y misericordia se han besado. Esta idea ya está en el Antiguo Testamento, está en el misterio de Dios. Hacerla realidad en el mundo creado puede ser costoso. Pero tenemos un año de tiempo para encontrar el justo camino.
Usted ha hablado de derecho divino. El Papa les ha invitado a dejarse sorprender por Dios.
Yo pienso así, y debo decir lo que pienso.También el Papa ha reafirmado la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad, la procreatividad del matrimonio, en términos muy claros.
¿Está diciendo que Francisco ha cambiado lenguaje y temas -apuntando a lo social-, pero no la doctrina?
Cada Papa tiene su sensibilidad. Wojtyla era un polaco que había vivido la batalla contra el comunismo, y por esto se le vio como un Papa conservador: en realidad definía el Concilio como «la gracia más grande del siglo XX». Ratzinger es un gran teólogo alemán. Francisco es el primer Papa latinoamericano, y tiene una sensibilidad diversa.
La valoración frecuente es que la Iglesia ha pasado del conservadurismo al progresismo. ¿Es equivocada?
La visión no es apropiada, pero si se quieren usar categorías mundanas se puede decir también eso. Y puede suceder que nosotros, hombres de Iglesia, demos algún motivo para ese lenguaje impropio . No cambia el hecho de que la Iglesia es algo distinto. Es una comunión.
¿Existe hoy una oposición en la Iglesia? ¿Con un jefe propio?
No hay una oposición, y menos aún un jefe de la oposición. No logro imaginar en quién se pueda haber pensado para una función de este género: nadie tiene esa veleidad.
¿Ha leído el libro de Antonio Socci, «No es Francisco»?
No lo he leído. Si quiere saber lo que pienso de la tesis según la cual el Papa habría sido elegido inválidamente, le digo enseguida que la considero totalmente infundada y bastante ridícula. No he oído nunca a un solo cardenal que haya participado en el cónclave decir algo que de algún modo se pareciera a eso.
¿No le parece que en el mundo editorial del laicado se haya lanzado un «ataque desde la derecha», que da voz a una parte del mundo católico que no se reconoce en este papado?
Un pequeño ataque de este tipo por desgracia existe; quizá también como reacción a la tendencia de otros editores laicos a apropiarse del Papa Francisco, para transformarlo en un defensor de las tesis contrarias al catolicismo. Las dos cosas hacen carambola; pero la potencia mediática de este segundo modo de hacer es mucho más fuerte. Unos tienen fusiles, los otros tienen a la aviación.
Símbolos, vestuario, estilo: ¿le han llamado la atención los modos de hacer de Francisco? ¿Incluida la de no vivir en el Apartamento?
Me han llamado mucho la atención, pero en manera decididamente favorable. Creo que han sido una verdadera bendición para la Iglesia: han contribuido a hacerle superar un momento difícil. En particular, el Papa está en Santa Marta no por motivos «ideológicos», sino porque se encuentra mejor en contacto constante con la gente, como ha dicho él mismo.
¿Usted está de acuerdo con el cardenal Scola, cuando dice que la Iglesia va con retraso sobre la homosexualidad?
La cuestión del retraso o de la antelación depende de la dirección de marcha en la que se va. Cuando de joven sacerdote venían a hablarme y a veces a confesarse varios homosexuales, decían que encontraban en la Iglesia un ambiente respetuoso y comprensivo. De algunos llegué a ser amigo. Ahora se considera que la Iglesia va con retraso porque continúa sosteniendo que la homosexualidad no es conforme con la realidad de nuestro ser, que se articula en dos sexos desde el punto de vista orgánico, psicológico y más en general antropológico. El tiempo dirá si, sosteniendo esto, la Iglesia va con retraso o con antelación respecto a la opinión dominante.
En Italia parece cercano el acuerdo sobre las uniones civiles de homosexuales, con el consenso de Berlusconi. ¿Es un error?
Sobre este punto me he manifestado ya cuando se plantearon los Dico, y no he cambiado de parecer. Es justo tutelar los derechos de todos; pero los verdaderos derechos, no los derechos imaginarios. Si actualmente hay algún derecho no tutelado que sea justo tutelar, y lo dudo, para hacerlo no hay necesidad de reconocer a las parejas como tales; basta afirmar los derechos de los individuos. Me parece que es el único modo para no emprender un camino que lleva al matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Pero en Italia se habla de uniones civiles, no de matrimonio.
Si el contenido es muy similar, sirve de poco cambiar el nombre del contenedor.
¿Qué piensa de Marino, el alcalde de Roma, que registra las bodas gay?
Un alcalde tiene el derecho de sostener sus propias opiniones, pero no puede por esto violar las leyes del Estado.
¿Habrá en Italia también un movimiento de protesta?
Nadie puede excluirlo. En Francia el movimiento Manif pour tous no ha sido organizado por la Iglesia: es una fuerza grande y variopinta, que ha inducido al gobierno a ser más prudente.
¿Está diciendo que la oleada libertaria podría disolverse?
En los años 70 también muchos no marxistas estaban convencidos de que el marxismo era una horizonte insuperable para la cultura y la historia. Pero después el marxismo se ha disuelto y han llegado perspectivas distintas. Entonces me ocupaba de los jóvenes: en pocos años ha cambiado todo; Marx ya no interesaba. No sé decir si sucederá algo análogo con la actual tendencia libertaria, pero no lo excluyo.