(Catholic.net/InfoCatólica) El prelado indica que «el Señor dice a la creación: no está bien que el hombre esté solo. Hoy nosotros vivimos bajo la convicción opuesta que descompone este tríptico: está bien que el hombre esté solo, o mejor: está bien que cada uno piense en sí mismo».
Además, advierte que deberíamos poner una atención extraordinaria sobre este punto y «la Iglesia tiene la tarea de decir a la sociedad contemporánea que la unión entre hombre y mujer, la generación que la sigue, es un patrimonio de la humanidad que no puede ser tocado, de lo contrario supondría la descomposición de la sociedad misma».
Preocupación del Papa
Comentando las ocasiones en las que el papa Francisco ha hablado sobre la familia durante su pontificado, el presidente del dicasterio subraya que «es evidente su preocupación por las dificultades que las familias están viviendo: el problema del trabajo, el problema de los hijos, el problema del desempleo, el problema de la pobreza». Y también de las «tantas familias que se han roto, que están heridas, que luchan por recomponerse».
De este modo, señala el prelado, «he entendido inmediatamente que más que una especie de debate de salón sobre cuestiones teóricas, sería necesario iniciar una especia de lucha cuerpo a cuerpo con las familias concretas».
Individualismo, el gran desafío
Finalmente, al hacer un análisis de los desafíos que la Iglesia debe enfrentar, Mons. Paglia destaca que el primero es el individualismo. Porque, ha explicado que «el individuo hoy se exalta hasta tal punto que pliega todas las instituciones a sí mismo, incluida la familia». Por eso advierte que «si esto se convierte en regla, todo se hace posible, todo se desmenuza. Toda unión estable se convierte en demasiado pesada».
El desafío del individualismo, ha asegurado, es espiritual, cultural, antropológico, y resolviendo y cuidando esto, después llega el cuidado para todo lo demás. Al concluir, recuerda que si «todo puede ser familia, nada es familia y lo que queda es solo el yo. En el altar del yo se sacrifica todo: familia, afectos, incluso la propia vida».