(Fides) «Miles de personas han muerto y cientos de miles de personas han sido desplazadas. La población, ya probada por los conflictos anteriores, está traumatizada de nuevo por atrocidades que ni siquiera antes se habían visto. Los desplazados viven en condiciones deplorables, tanto en los campos de la ONU como en las ciudades, o como refugiados en los países vecinos. El hambre se cierne sobre el país», dice el mensaje.
Los obispos se lamentan de que la esperanza que surgió de la independencia nacional (Sudán del Sur se independizó de Sudán en 2011) se ha visto afectada por la guerra civil, que ha bloqueado cualquier proyecto de desarrollo. «Se puede decir que la paz es sinónimo de desarrollo», dice el mensaje. «Aunque siete de los diez estados no se han visto directamente afectados por la violencia, su población sigue sufriendo, y necesitan que se retomen las actividades de desarrollo».
Tribalismo y corrupción
En el documento se remarca que una de las consecuencias negativas de la guerra es el afirmarse del tribalismo estrechamente ligado a la corrupción política. «Nuestra política se basa cada vez más en el origen étnico, con el surgimiento de la percepción en las diversas comunidades que una tribu se ve favorecida con respecto a la otro (...) - incluso dentro de nuestras iglesias, están emergiendo elementos de tribalismo, que crean sospechas y debilitan nuestros esfuerzos por la paz y la reconciliación». «El tribalismo es un aliado de la corrupción y el nepotismo. Las funciones públicas son percibidas por muchos como sinónimo de acceso al poder y riqueza, la comunidad siente a menudo la necesidad de colocar a sus miembros en el poder para tener acceso a los recursos».
Los Obispos terminan lanzando un llamamiento para que todos contribuyan a la paz e invitan a los fieles a la oración por la reconciliación nacional.