(Cope/InfoCatólica) Desde su repatriación, el equipo médico del Carlos III ha estado buscando alternativas al suero experimental Zmapp, cuyas existencias están agotadas y con el que fue tratado Miguel Pajares.
El hermano García Viejo llegó a Madrid en estado «grave», con un importante cuadro de deshidratación y una afectación hepatorrenal marcada.
Se intentó todo
Desde un primer momento fue tratado «con medidas de soporte vital para intentar mantener adelante sus órganos», lo que se hace con cualquier paciente con una enfermedad grave, según explicó el doctor Fernando de la Calle, del servicio de medicina interna del Carlos III y miembro del equipo que ha asistido a los dos religiosos.
Aunque se estudió la posibilidad de aplicarle -con la autorización previa del propio religioso- el suero de un paciente que se recuperaba en un hospital de Alemania pero que tenía hepatitis B, finalmente no se llevó a cabo.
El suero extraído a pacientes convalecientes tras superar el virus es uno de los tratamientos experimentales que existen frente al ébola, además del suero Zmapp y otro denominado TKM.
Durante los casi cuatro días que ha permanecido ingresado, el equipo médico ha trabajado «al minuto y a contrarreloj» en la búsqueda de alternativas con las que tratar al paciente, pero siempre con «cautela», ya que «todos los tratamientos son experimentales y se encuentran en fases iniciales de ensayo», según dijo el doctor De la Calle.
Por expreso deseo del paciente no se han facilitado partes médicos y ha sido la ONG Juan Ciudad de la orden de San Juan de Dios la encargada de informar sobre su estado de salud.
España pendiente
Todo el país ha vivido con interés la evolución del religioso y, muy especialmente, los vecinos de Folgoso de la Ribera (León), su localidad natal.
Con García Viejo se ha seguido el mismo protocolo que se adoptó con Miguel Pajares, aunque en el primer caso se pusieron en marcha medidas de precaución extrema, como evacuar todo el hospital Carlos III.
En aquel momento «se tomó la determinación de que cualquier precaución iba a ser poca», ya que España era el primer país europeo en enfrentarse a un paciente con ébola, según el doctor De la Calle.
En esta ocasión y con la experiencia del caso de Pajares, no se consideró necesaria la evacuación, sino que el acceso a la sexta planta, donde estaba ingresado, se restringió a personal autorizado.