(El País/InfoCatólica) La mayoría de los candidatos presidenciables, como Dilma Rousseff (PT) y Aécio Neves (PSDB), evitan hablar sobre esos asuntos polémicos.
La semana pasada, la candidata Marina Silva (PSB) cambió, en su programa de Gobierno, el párrafo en el que defendía impulsar en el Congreso la aprobación del «matrimonio»gay. Hoy por hoy está permitido por una resolución de 2013 del Consejo Nacional de Justicia de Brasil, que obliga a las notarías del país a celebrar el matrimonio de personas del mismo sexo, pero el Legislativo todavía no ha regularizado ni se ha posicionado sobre el tema.
Los únicos candidatos que defienden públicamente la legalización del aborto y de la marihuana son Eduardo Jorge (PV) y Luciana Genro (PSOL). Sin embargo, cada uno tiene solo el 1% de las intenciones de voto.
Los jóvenes, contra el aborto
Según la encuesta del Ibope, el 58% de los que están en contra del matrimonio homosexual son hombres. Entre las mujeres, el 49% es favorable, mientras el 44% lo rechaza. La despenalización de la marihuana y del aborto no la defienden ni siquiera los más jóvenes. Entre los que tienen de 16 a 24 años, el 74% está en contra de la legalización del cannabis y el 77% del aborto.
Otros temas polémicos planteados en la encuesta son la pena de muerte -el 46% de la población es favorable y el 49% está en contra-; y el programa Bolsa Familia -el principal programa social del Gobierno de Rousseff, que transfiere directamente dinero a familias pobres-, que tiene el apoyo del 75% de los brasileños. Entre los que tienen ingresos mensuales de hasta un sueldo mínimo (324 dólares), el apoyo al programa llega al 90%, según el estudio.