(RV/InfoCatólica) La oración al principio de la misa recuerda que el Señor «fecundó con la sangre de los mártires los primeros gérmenes de la Iglesia de Roma».
«Se habla del crecimiento de una planta», afirmó Papa Francisco en la homilía, y esto nos recuerda lo que decía Jesús: «el Reino de los cielos es como un hombre que lanzó la semilla a la tierra, después se va a su casa» y duerma o se desvele, «la semilla crece, germina, sin que él sepa cómo». Esta semilla es la Palabra de Dios que crece y se convierte en el Reino de Dios, se convierte en Iglesia gracias a «la fuerza del Espíritu Santo» y al «testimonio de los cristianos»,explicó.
«Sabemos que no hay crecimiento sin el Espíritu; es Él el que hace la Iglesia, es Él el que hace crecer a la Iglesia, es Él el que convoca la comunidad de la Iglesia», recordó Francisco. «Pero también es necesario el testimonio de los cristianos -añadió-. Y cuando el testimonio llega al final, cuando las circunstancias históricas nos piden un testimonio fuerte, allí aparecen los mártires, los testigos más grandes».
«Y así la Iglesia viene regada con la sangre de los mártires -constató-. Y esta es la belleza del martirio. Comienza con el testimonio, día tras día, y se termina como Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo fiel: con la sangre».
«Pero hay una condición para que el testimonio sea veraz -advirtió el Papa-: debe ser incondicional». «Hemos escuchado el Evangelio, este que le dice al Señor que quiere seguirle pero que le pide una condición: ir a despedirse o a enterrar al padre... el Señor lo detiene: ‘¡No!' El testimonio es incondicional. Debe ser firme, debe ser decidido, debe ser con ese lenguaje que el Señor nos dice, tan fuerte: ‘Que vuestro lenguaje sea sí, sí, no, no'. Este es el lenguaje del testimonio». «Hoy miramos esta Iglesia de Roma que crece, regada con la sangre de los mártires -dijo Papa Francisco-. Pero también es justo, prosiguió, que nosotros pensemos en los muchos mártires de hoy, muchos mártires que dan su vida por la fe».
Es verdad que hubo muchos cristianos perseguidos en el tiempo de Nerón, pero «hoy, destacó, no hay menos», aseguró.
Oriente Medio
«Hoy hay muchos mártires en la Iglesia, muchos cristianos perseguidos. Pensemos en Oriente Medio, cristianos que deben huir de las persecuciones, cristianos asesinados por los perseguidores», prosiguió.
«También los cristianos expulsados de forma elegante, con guante blanco: también esa es una forma de persecución», afirmó.
«Hoy hay muchos testimonios, más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos -añadió-. Y en esta Misa, recordando a nuestros gloriosos antepasados, aquí en Roma, pensemos también en nuestros hermanos que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de muchas Iglesias pequeñas que nacen. Recemos por ellos y también por nosotros».