(ACI/InfoCatólica) «Chile está demostrando su voluntad de respetar y proteger el derecho a la vida de mujeres y niñas y de no discriminar», afirmó Erika Guevara Rosas, directora de este organismo en las Américas.
Mons. González advirtió que «todo esto es parte de una estrategia global» impulsada desde organismos internacionales públicos y privados que «van creando una pseudo obligación - diría casi un dilema ético falso - de seguir las recomendaciones. Se llega así a un lenguaje como el señalado, que se pretende tenga una respuesta unívoca: aprobar el aborto».
Falacia nominalista
En declaraciones a ACI Prensa, el prelado señaló que «esta es la falacia nominalista en que vivimos. Todos estamos de acuerdo en que es necesario ‘respetar y proteger el derecho a la vida de mujeres y niñas y de no discriminar’, pero no lo estamos en su significado. Una inmensa mayoría piensa que esa frase nunca puede significar quitar la vida a una criatura inocente».
«Es lo que el Papa Francisco llama la imposición de un pensamiento único, es decir, el que no piensa ni procede según las recomendaciones de estos organismos - plagados de personas anticristiana - es excluido del diálogo y sus opiniones no son atendidas o incluso puede ser perseguido», indicó.
Durante la entrevista, Mons. González también criticó que se quiera hacer creer que la despenalización del aborto es ingresar a estándares modernos y mundiales. «¡Cuánta falta de sentido común en estas afirmaciones! Dar este paso sería consagrar en la ley un atropello a los derechos humanos esenciales de un ser que ya existe».
Mentiras para apoyar el aborto
Añadió que parte de esta estrategia es aumentar «de manera falsa e increíble número de los ‘posibles abortos’», tal como descubrió en su momento en Estados Unidos el médico Bernard Nathanson –conocido como el rey del aborto y luego líder pro-vida-, «cuando se dio cuenta de los males que causaba el aborto. Se amplifican a niveles increíbles los casos posibles de embarazo por violación, contra la evidencia científica».
Asimismo, señaló que «los médicos saben que es una falacia» decir que «hay casos en que sólo mediante la muerte del ser ya concebido se puede salvar a la madre». «Es tanta la exageración, que no queda más que explicarla por la invasión ideológica que mueve el mundo pro-aborto. No puede dejar de pensar que en muchas personas hay una verdadera ideología anticristiana», añadió.
Durante el diálogo, Mons. González recordó que «la vida humana es intangible desde el momento de la concepción hasta la muerte natural» y que «somos hijos de Dios». «Todos podemos captar esta verdad en esta tierra con un pequeño esfuerzo. Pero algunos, sólo se darán cuenta en la otra», añadió.
Fuera Dios, fuera derechos humanos
Finalmente, advirtió que mientras en Chile se siga construyendo una sociedad que sustituye a Dios en favor de las idolatrías actuales -el dinero, el placer de todo tipo, el poder, etc.- «habrá menos avance, incluso retroceso, en la vigencia de los derechos humanos».
«Tendremos apariencias, leyes, normas, protocolos, etc., pero no mayor dignidad de cada persona. Y no hay que olvidar que los mayores atropellos a la dignidad de las personas recaen, habitualmente, en los más pobres, en los que tienen menos cultura, lo que no pueden defenderse. En este ámbito la Iglesia tiene una palabra fuerte que decir y la está diciendo y la seguirá proclamando», expresó.