(El Confidencial/InfoCatólica) El extracto pertenece al informe de la Agencia de Financiación en Educación británica.
Oldknow Academy no está en un país gobernado por islamistas radicales. La escuela se encuentra en Birmingham. Se trata de la segunda ciudad más poblada del Reino Unido, aunque algunos la conocen como el «mejor sitio de Europa para ser un musulmán puro».
‘¿Creemos en la Navidad? No, no creemos. Y ¿qué son los cristianos? Los cristianos son blasfemos’. Alumnos de tan sólo seis años responden a las preguntas del profesor con la cantinela que les han enseñado en clase. A las niñas se les prohíbe hablar con los niños
El colegio ha sido uno de los 21 centros investigados por el regulador británico Ofsted después de que un supuesto complot islamista haya hecho saltar todas las alarmas. Cinco escuelas afrontan ahora la posibilidad de cerrar y otras seis deben tomar medidas especiales por no haber sabido detectar los riesgos para sus estudiantes. El informe publicado ayer por la institución señala que en algunos de los centros existe «una cultura del miedo e intimidación». El documento advierte que algunos docentes «han sido marginados o forzados a dejar el trabajo» y alerta de que «hay pruebas de que ha habido una campaña organizada para hacerse con el control en ciertas escuelas».
Fue en marzo cuando salió a la luz una carta anónima que había empezado a circular por las oficinas del Ayuntamiento y varios colegios de la ciudad. Detallaba un plan bautizado como «Operación Caballo de Troya». El objetivo era cumplir con los principios islámicos y acabar con las directivas de aquellos centros que estaban «corrompiendo» a los menores con «educación sexual, enseñanzas sobre homosexuales, rezos cristianos y natación mixta».
La misiva señalaba que en varios colegios de Birmingham ya se había conseguido «instaurar la operación» y daban directrices a otros centros de Bradford y Manchester para seguir sus pasos.
Las autoridades comenzaron a indagar si todo aquello era cierto y se encargaron cuatro investigaciones llevadas a cabo por Ofsted, el Ayuntamiento de Birmingham, el Ministerio de Educación y la llamada Agencia de Financiación en Educación (EFA). Fue esta última la que alertó de que algunas escuelas utilizaban el tiempo de aviso previo a la auditoría para prepararse y mostrar que apoyaban la diversidad cultural.
En aquellos sitios donde fueron sorprendidos, como Oldknow Academy, los inspectores quedaron aterrados por el uso de términos como «prostituta blanca» y «fuego del infierno» en las asambleas de los viernes, donde a los profesores no musulmanes les estaba prohibido participar.
Los cristianos, una minoría marginada
En los baños masculinos los retretes para chicos habían sido retirados ya que bajo la ley islámica no pueden orinar de pie. A las niñas se las trataba de manera diferente y los que tenían cristianismo en la clase de religión se las tenían que apañar con un libro porque no les ponían siquiera profesor. Eran una minoría marginada. De los 600 estudiantes del centro, el 95 por ciento es musulmán. Son porcentajes bastante frecuentes en algunas zonas de la ciudad, como Alum Rock, donde a uno se le olvida fácilmente que está en el Reino Unido.
En Birmingham alrededor del 42% de los residentes no son blancos. El 46,1% se considera cristiano frente al 21,8 musulmán. La cuestión es que no todos los cristianos son practicantes. Según el último censo de 2011, el número total de personas en Inglaterra y Gales que se describieron a sí mismos como cristianos se redujo en 4,1 millones, una disminución del 10%, mientras que el número de musulmanes aumentó en un 75%. Según el Ministerio de Educación, ya tienen 136 escuelas, 125 de ellas en el sector privado.
Los centros ahora en el punto de mira niegan las acusaciones de radicalizar a los alumnos. David Hughes, del Park View Education Trust, que regenta varios colegios asegura, que «la velocidad y la ferocidad con la que han sido condenados ha sido realmente impactante». Naeem Yousef, de la Asociación de Padres, señala que se podrían tomar acciones legales, ya que las conclusiones de los informes están equivocadas. Por su parte, Abdul Khan, padre de uno de los alumnos, asegura que todo se ha sacado de contexto y lo que está ocurriendo le parece «un insulto».
Aparte de generar otro problema más a la integración –el 60% del público británico tiene una imagen negativa de los musulmanes–, la polémica ha provocado una importante disputa en el gabinete del Gobierno a tan sólo once meses de las elecciones generales. El ministro de Educación, Michael Gove, y la responsable del Interior, Theresa May, se acusan ahora el uno al otro de tener la culpa por llegar a esta situación.
Tim Boyes, responsable del Queensbridge School, asegura que ya advirtió en 2010 de que algunos grupos radicales estaban intentando tomar los colegios. Entonces denunció la situación al Ministerio de Educación, pero no se tomaron medidas.
Por su parte, otro docente llamado Michael White asegura que el «complot islamista» se planteó por primera vez hace más de 20 años. El profesor fue despedido en 2003 del Park View School, localizado en Alum Rock, después de años luchando contra la directiva que, según alega, fue tomada por «una secta» en 1993. Aunque expuso su caso ante la autoridad educativa local, sus reclamaciones no fueron investigadas.
El primer ministro británico, David Cameron, presidió ayer el llamado «grupo de trabajo sobre extremismo» para abordar la situación. De momento, ha anunciado que las inspecciones se realizarán a partir de ahora por sorpresa. La mayoría de expertos descarta que, en el futuro, los musulmanes sean el grupo mayoritario en las islas. Pero eso no significa que no vayan dejando su huella. El Reino Unido ya cuenta con 1.600 mezquitas.