(EP/InfoCatólica) «Apenas puedo llegar a imaginar el enorme impacto emocional que sufrieron las madres dando a sus bebés para la adopción o siendo testigos de su muerte. El dolor y el quebrantamiento que han padecido va más allá de cualquier entendimiento», ha afirmado el arzobispo de Tuam, Mons. Michel Neary, en un comunicado.
«Independientemente del tiempo que ha pasado este es un tema de preocupación pública que debería ser tratado con urgencia», ha remachado. La congregación de las Hermanas del Buen Socorro (Sisters of Bon Secours) no se ha pronunciado por el momento sobre el hallazgo de la fosa en los terrenos de su convento.
La existencia de la fosa común con los cadáveres de 796 niños ha sido revelada por una historiadora local, Catherine Corless, que ha confirmado con documentos públicos que los niños murieron en un hogar para madres solteras del condado de Galway. Corless ha explicado que los cuerpos fueron arrojados a un tanque de aguas residuales y que algunos fallecieron cuando sólo tenían tres meses de edad.
Diversas instituciones católicas gestionan en Irlanda y en otros países muchos servicios sociales, con fondos públicos, incluidos los hogares para embarazadas o madres solteras o que no podían afrontar la crianza de sus hijos. También llevaban orfanatos y centros de adopción, sobre los que el Estado ejercía una labor de supervisión.