(Aica/InfoCatólica) El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, reflexionó sobre la vocación del laico, la dimensión misionera y especialmente la evangelización de la cultura.
«La vocación del laico se especifica fundamentalmente en la transformación de las realidades del mundo. Son los cristianos que viven en nuestras ciudades o en el campo, llamados a construir una familia, a comprometerse en sus trabajos, como docentes, políticos, como comunicadores sociales o bien en el trabajo silencioso y fecundo de la chacra…Sobre todo desde esta vocación deberemos acentuar la misión en la cotidianidad donde deberemos generar valores evangélicos, mayor sentido ético y compromiso por el bien común», precisó en su carta semanal.
Los laicos deben comprender su propia vocación y misión
«Hace décadas que venimos señalando en la Iglesia la importancia que nuestros laicos comprendan su propia vocación y misión, pero también debemos reconocer que probablemente en la práctica eclesial nos cuesta a los pastores acompañar al laicado a santificarse en su realidad cotidiana. A veces los entendemos solamente como ligados a actividades intraeclesiales, y muchos o muchísimos laicos no asumen una dimensión misionera en sus ambientes, trabajos y familias», agregó.
Tras citar párrafos del documento Aparecida que se refieren a la misión y vocación del laico, destacó «la importancia que adquiere en nuestro tiempo el fortalecimiento de varias asociaciones laicales, movimientos apostólicos eclesiales, y comunidades eclesiales y nuevas comunidades».
Ausencia de laicos católicos en estructuras de gobierno
Mons. Martínez explicó que «cuando señalamos que hay una cierta ausencia de laicos católicos comprometidos en las estructuras y dirigencia social, consideramos como una de las causas la falta de formación», por lo que propuso «potenciar, y así lo señalan nuestras Orientaciones Pastorales del Sínodo, la necesidad de acentuar la formación del laicado en general, y especialmente en temas de ciudadanía, doctrina social de la Iglesia y ética social y pública».
«Desde ya que no se trata solo de una formación intelectual. Solo cuando ponemos en práctica lo que creemos podemos comprender más profundamente las enseñanzas de Jesucristo y ser constructores en nuestra Patria y Provincia de una cultura marcada por la esperanza», indicó, y agregó: «en la comprensión y puesta en práctica de la vocación y misión de los laicos en nuestro tiempo, recae uno de los grandes desafíos de este inicio de siglo».