(Agencias/InfoCatólica) El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer la consolidación de los datos del Padrón Municipal, que arrojan una reducción del 0,3% en la población española a 1 de enero de 2013, la primera desde 1998, cuando comenzaron a elaborarse estas estadísticas.
En total, España contaba a esa fecha con 47.265.321 empadronados, de los que 23.196.386 son hombres y 23.933.397 son mujeres, es decir, 135.538 habitantes registrados menos que el 1 de enero del año anterior.
Durante 2012, sólo ocho de las 50 provincias españolas y las dos ciudades autónomas arrojaron un saldo positivo, entre ellas Guipúzcoa, cuya población empadronada creció un 0,24%; Las Palmas, con un 0,28%; Zaragoza, con un 0,05%; Ceuta, con un 0,19%, y Melilla, la que más creció durante 2012, con el 3,56%. Gerona, por su parte, se quedó como estaba el año anterior.
Por contra, cayó la cifra de empadronados en el resto del país. Los mayores descensos se produjeron en las provincias de Cuenca, que perdió al 2,81% de sus vecinos; Zamora, con una reducción del 1,74%; Salamanca, con el 1,43%; Ávila, con un 1,42% y Soria, donde la cifra de empadronados se redujo un 1,3%.
En los últimos 15 años el aumento de población en España había estado impulsado, fundamentalmente, por la inscripción de extranjeros, cuya cifra pasó de 923.879 en el año 2000 a 5.747.734 en 2010. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha ido cambiando, hasta el punto de que en 2011 y 2012 las inscripciones netas de extranjeros fueron negativas (15.229 y 216.125 menos, respectivamente).
Así lo recogía el desglose provisional del Padrón por nacionalidades que el INE publicó en abril, unas cifras que estarán consolidadas el 17 de enero.
Quiebra del sistema de pensiones
La Comisión Europea lleva años advirtiendo de la insostenibilidad del sistema de pensiones y de la necesidad de ir retrasando la edad de jubilación en todos los países o bien reduciendo las cuantías de las pensiones. En este contexto los países han empezado a legislar para hacer un poco más sostenible el sistema, de modo que ahora la mayoría de los europeos empezará a dejar de trabajar a los 68 años a partir de 2027 y, hasta entonces, se irá retrasando de manera progresiva la edad de retiro para ir poco a poco acercándola a los mencionados 68, al tiempo que reduciendo las cuantías.
Son muchos los países europeos que han vinculado la edad de jubilación con la esperanza de vida. Se trata de Dinamarca, Grecia, Italia, Eslovaquia, Chipre y Holanda, según el informe «Economic Papers 512» publicado este mes de diciembre por la Comisión Europea. Destacan los casos de Francia que, pese a la frontal oposición de la opinión pública gala, el Gobierno legisló por decreto y ha retrasado la edad mínima de jubilación de los 62 a los 67 años. En Italia, y pese a los cambios en el Gobierno, finalmente se ha puesto un sistema de pensiones indexado a la esperanza de vida, sistema que se revisará cada tres años.
En el caso de España, en 2012 se preveía un incremento del gasto en pensiones equivalente al 3,6% del PIB hasta el año 2060, uno de los más altos de la Unión Europea en términos relativos, sólo superado por países como Luxemburgo o Eslovenia, con el 9,4 y el 7,1% respectivamente. Los cálculos de Bruselas son que los ajustes aprobados para el sistema de pensiones español, y su paulatino retraso en la edad de jubilación hasta los 67 años de aquí a 2060, supondrán un ahorro equivalente al 0,8% del Producto Interior Bruto. En todo caso la Comisión Europea ha calculado un «escenario de convergencia» en el que el gasto en pensiones podría incrementarse en España hasta en 2,5 puntos de PIB hasta 2060, 1,1 puntos porcentuales menos de lo que se calculaba en 2012 antes de las reformas.
Otra de las simulaciones de Bruselas es ligar el montante de las pensiones a la longevidad, o lo que es lo mismo, a más años de vida menos cuantía de pensión. La Comisión Europea sostiene en el mencionado informe «Economic Papers 512» que, pese a todos los cambios que se están produciendo en el sistema, «para estabilizar el gasto público en pensiones son necesarias muchas más reformas en la mayoría de los países, en este caso por la vía de definir las personas que tendrán derecho en el futuro a una pensión pública (años de cotización, etc..) así como el nivel de generosidad de las mismas, sobre todo en el caso de las jubilaciones anticipadas con derecho a pensión».