(Efe/InfoCatólica) A pesar de todo, Sémper coincide con el Gobierno en que los poderes públicos «tienen que garantizar la vida de aquellos que no se pueden proteger».
«La clave está en el equilibrio, en respetar el derecho de una mujer a decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida y hacerlo compatible con proteger a quien no puede hacerlo», manifiesta.
Afinar la cuestión de las malformaciones del feto
El dirigente popular considera que el anteproyecto de ley debe «afinar un poco más» en lo relativo al supuesto de malformaciones en el feto: «Hay situaciones muy dramáticas para muchas parejas que tienen que afrontar una situación extrema cuando un médico les dice que el feto tiene malformación».
«Someterles a un proceso en el que hay que pedir dos opiniones de médicos, creo que es especialmente complicado y dramático para una pareja. Hay que perfeccionarlo y hacer menos doloroso ese proceso para las parejas que afrontan una noticia tan dura y complicada», sostiene Sémper.
El líder de los populares vascos sí considera oportuna la reforma porque «en España el aborto era técnicamente libre», por lo que quien se opone a la actual legislación tiene «argumentos» para hacerlo.
Sin embargo, expresa sus dudas al añadir que «es paradójico» porque se han hecho públicas «informaciones que dicen que el aborto ha descendido en el último año».
Libertad de voto
En su opinión, cada diputado deberá votar el proyecto de ley «en conciencia»: «Hay materias sensibles que, por sus particularidades y sensibilidad, que afectan a cómo entiendes la vida, como es este caso, o cómo entiendes el derecho del no nacido, en las que creo que debe prevalecer la conciencia».
Preguntado sobre si el PP debería otorgar libertad de voto a sus parlamentarios en esta cuestión, Sémper considera que «la grandeza de la disciplina de voto es cuando la rompes porque crees que la tienes que romper, no porque te lo permiten».
«Los partidos políticos no deben ser sectas, deben alentar el matiz, la discrepancia. No solo la deben permitir, sino que la tienen que alentar. No deberíamos ser estructuras monolíticas, no deberíamos ser sectas, no lo somos de hecho, y profundizar en la democracia exige también profundizar en el matiz», argumenta.
El aborto debería estar fuera de la discusión política
Sémper admite que la del aborto es «probablemente una de las cuestiones sobre las que más complicaciones» encuentra a la hora de expresar una posición y opina que se trata de un asunto que «debería estar fuera de la discusión política» porque no responde a ideologías, sino que se trata de una cuestión «ética»
«Espero que el trámite parlamentario consiga quitar tensión a un debate que no debería estar sujeto al albur de quien gobierna», concluye.