(Aica) Tras mencionar los manuales editados por el Ministerio de Educación de la Nación donde se proponen conductas y se elogian comportamientos que lastiman gravemente al niño, ahora se agrega el portal “Chau Tabú” dirigido a los adolescentes y jóvenes que está directamente orientado a corromperlos. Ante esto, el rector invita a los padres a que protesten contra este atropello a los chicos, con cualquier medio que crean conveniente, y no permitir que se siga robando la inocencia de ellos.
«Tal vez -dice el rector en la misiva- no todos estén enterados de los diferentes manuales editados por el Ministerio de Educación de la Nación y que fueron distribuidos en diferentes ciudades del país, donde se proponen conductas y se elogian comportamientos que lastiman gravemente al niño», y ahora se agrega que «el domingo 1º de diciembre, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó un programa a través de un portal, llamado «Chau Tabú», dirigido a todos los adolescentes y jóvenes que está directamente orientado a corromperlos.
«Es por eso -añade- que quiero invitarlos para que a través de la oración por un lado y por las redes sociales, diarios y cualquier otro medio que ustedes crean conveniente, protesten fuertemente contra este atropello a nuestros chicos y no permitir que se siga robando la inocencia de ellos, aunque parezca algo pasado de moda», porque «estoy convencido de que no debemos quedarnos de brazos cruzados en temas tan importantes para la educación integral de nuestros chicos».
A renglón seguido indica una dirección en internet, «donde se puede firmar para pedir que se retire dicho portal». La dirección electrónica es:
http://www.citizengo.org/es/signit/1066/view
Texto de la carta a los padres
Queridos padres: Hoy, día de la Inmaculada, quiero dirigirme a ustedes, llegando al final del año lectivo con una sencilla reflexión que brota de lo que estamos viviendo en la educación de nuestra Patria.
En el camino del Adviento brilla la estrella de María Inmaculada, «señal de esperanza cierta y de consuelo». (Lumen gentium,68).
Para llegar a Jesús, luz verdadera, sol que disipó todas las tinieblas de la historia, necesitamos luces cercanas a nosotros, personas humanas que reflejen la luz de Cristo e iluminen así el camino por recorrer.
¿Y qué persona es más luminosa que María? ¿Quién mejor que ella, aurora que anunció el día de la salvación (cf. Spe salvi,49), puede ser para nosotros estrella de esperanza?
Al contemplarla, reconocemos la altura y la belleza del proyecto de Dios para todo hombre: ser santos e inmaculados en el amor (cf. Ef 1,4), a imagen de nuestro Creador.
¡Qué gran don tener por madre a María Inmaculada! Una madre resplandeciente de belleza, transparente al amor de Dios.
Y pienso en nuestros chicos, que están creciendo en un ambiente saturado de mensajes que proponen falsos modelos de felicidad.
Los jóvenes corren el peligro de perder la esperanza porque a menudo parecen huérfanos del verdadero amor, que colma de significado y alegría la vida.
El beato Juan Pablo II propuso en repetidas ocasiones a la juventud de nuestro tiempo a María como «Madre del amor hermoso».
Por desgracia, muchas experiencias nos demuestran que los adolescentes, los jóvenes e incluso los niños son víctimas fáciles de la corrupción del amor, engañados por adultos sin escrúpulos que, mintiéndose a sí mismos y a ellos, los atraen a los callejones sin salida del consumismo.
Incluso las realidades más sagradas, como el cuerpo humano, templo del Dios del amor y de la vida, se convierten así en objetos de consumo; y esto cada vez más pronto, ya en la preadolescencia.
¡Qué tristeza cuando los jóvenes pierden el asombro, el encanto de los sentimientos más hermosos, el valor del respeto del cuerpo, manifestación de la persona y de su misterio insondable!
Y es por esto que hoy les escribo.
Supongo que la mayoría de ustedes ya está enterado de los tristes resultados que obtuvo la Argentina en las pruebas PISA, obteniendo el puesto 59 entre 65 países o ciudades auditadas.
Pero nada es casual, sino que todo tiene una causalidad.
Entre muchas causas, yo solamente me quiero detener ahora y en este día en una de ellas, y que por cierto no es menor.
Quiero denunciar y protestar fuertemente contra la destrucción sistemática de la persona humana y de todas las virtudes y valores que nos remiten a la trascendencia del hombre, especialmente de los más niños y adolescentes.
Tal vez, no todos estén enterados de los diferentes manuales editados por el Ministerio de Educación de la Nación y que fueron distribuidos en diferentes ciudades del país, donde se proponen conductas y se elogian comportamientos que lastiman gravemente al niño.
Y el domingo pasado, 1º de diciembre, el Gobierno de la Ciudad ha presentado un programa a través de un portal, llamado «Chau Tabú», dirigido a todos los adolescentes y jóvenes que está directamente orientado a corromperlos.
Es por eso que quiero invitarlos para que a través de la oración por un lado y por las redes sociales, diarios y cualquier otro medio que ustedes crean conveniente, protesten fuertemente contra este atropello a nuestros chicos y no permitir que se siga robando la inocencia de ellos, aunque parezca algo pasado de moda.
Hay una dirección en internet donde se puede firmar para pedir que se retire dicho portal: http://www.citizengo.org/es/signit/1066/view
Estoy convencido de que no debemos quedarnos de brazos cruzados en temas tan importantes para la educación integral de nuestros chicos.
En este día, a María Inmaculada, a la que contemplamos en toda su hermosura y santidad, le pedimos que cubra con su divino manto a nuestros chicos.
Desde la cruz, Jesús la encomendó a Juan y a todos los discípulos (cf. Jn 19,27), y desde entonces se ha convertido para toda la humanidad en Madre, Madre de la esperanza. A ella le dirigimos con fe nuestra oración.
Virgen Inmaculada guíanos tú en la peregrinación de la fe, haciéndonos obedientes y fieles a la palabra de Dios.
Acompaña tú, Virgen Inmaculada, a todos los cristianos por el camino de la conversión y de la santidad, en la lucha contra el pecado y en la búsqueda de la verdadera belleza, que es siempre huella y reflejo de la Belleza divina.
Regálanos, una vez más, tu paz y salvación para todos nosotros. El Padre eterno, que te eligió para ser la Madre inmaculada del Redentor, renueve también en nuestro tiempo, por medio de ti, las maravillas de su amor misericordioso.
María Inmaculada, «estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino»(Spe salvi, 50).
Con la convicción de que todo lo que hagamos por nuestros chicos y por el respeto al orden natural querido por Dios, es lo mejor que podemos hacer, les dejo la bendición sacerdotal y aprovecho para invitarlos a los diferentes actos de clausura de nuestras actividades escolares.
Pbro. Francisco Javier Morad, rector.
Buenos Aires, 8 de diciembre de 2013.