(SinEmbargo/InfoCatólica) El arzobispo advirtió que los civiles y los sacerdotes tienen que colaborar con lo que se les indica para esos casos y no caer en la tentación de querer resolver solos el problema de esos atentados a la vida de las personas.
«O le cuelgas (al extorsionador) o le quieres seguir… pues síguele pero allá tú, es mejor colgar pero también es necesario denunciar, aunque aquí vienen muchos capítulos», expresó. Explicó que en el reciente pronunciamiento de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos de las cinco diócesis de Michoacán, son los que más han requerido cuidados por las dificultades para ejercer su ministerio.
Sacerdotes católicos de Michoacán se pronunciaron en días pasados sobre la creciente violencia que vive el estado, frustrados con el aparente control de los grupos delictivos sobre las autoridades.