(Efe/InfoCatólica) A menos de 24 horas para que la ley que restringe el aborto en Texas entre en vigor, el juez federal Lee Yeakel resolvió que dos disposiciones de la norma tienen elementos inconstitucionales.
En concreto, el juez bloqueó hoy de forma total la disposición que obliga a los médicos que trabajan para los centros de aborto a estar afiliados a un hospital de la zona y se opuso parcialmente a limitar el uso de medicamentos que inducen a la expulsión del feto.
La ley HB2, aprobada en Texas en verano, limita numerosos aspectos relativos a la práctica del aborto en el estado sureño y buena parte de la regulación entrará en vigor mañana martes, incluida la prohibición de practicar el aborto después del cuarto mes de gestación.
Una docena de clínicas tejanas temían verse obligadas a cerrar en las próximas semanas: «No lo daremos por hecho hasta el final», comentaba la recepcionista de uno de los centros amenazados, que horas antes de la resolución funcionaba como un día cualquiera, con las consultas abiertas y la sala de espera llena.
Y así fue: la resolución del juez abre la puerta a que dichas clínicas sigan ofreciendo servicios de aborto, ya que bloquea la resolución que más preocupaba a los centros. Es la provisión que obliga a los médicos que practican el aborto a estar afiliados en un hospital situado a un máximo de 30 millas (48,2 kilómetros) del lugar.
En su dictamen, el juez federal considera que dificulta el derecho al aborto: «Coloca un obstáculo sustancial en el camino de las mujeres que buscan el aborto de un feto inviable», argumenta en el texto.
Restricciones a la píldora abortiva
Del mismo modo, el juez bloqueó parcialmente una segunda disposición que limita dispensar medicamentos que inducen el aborto.
En este caso, considera que la regulación estatal de Texas no va contra las mujeres que quieren abortar, pero cree que esta medicación debe poder prescribirse en casos excepcionales en que «un dictamen médico apropiado» advierta de peligros para «la vida o la salud de la mujer».
El gobernador dice que seguirá luchando contra el aborto
El juez federal Lee Yeakel fue designado en 2003 por George W. Bush, según aparece en su ficha judicial, y su dictamen de hoy ha aumentado todavía más la tensión política en Texas.
Rick Perry dejará de ser gobernador el próximo año y la senadora demócrata Wendy Davis, ferviente crítica de la ley del aborto, quiere acabar entonces con la hegemonía republicana.
En este sentido, el gobernador de Texas y promotor de la ley aseguró hoy en un comunicado que seguirá «luchando para implementar la reglamentación» tal y como se aprobó.
«La decisión de hoy no parará nuestros esfuerzos en curso para proteger y asegurar que las mujeres de nuestro estado no se expongan a cualquiera de estas historias horribles de aborto», advirtió Perry.
Los abortistas, moderadamente satisfechos
Las entidades que impugnaron estas partes de la ley, como Planned Parenthood o Whole Woman's Heath, se mostraron parcialmente satisfechas, pero creen que el endurecimiento del acceso a la medicación reducirá las técnicas abortivas «no invasivas».
«El dictamen envía un mensaje claro a los legisladores: es inconstitucional que los políticos aprueben leyes que toman decisiones del ámbito personal ajenos a las mujeres y sus médicos», destacó el presidente de Planned Parenthood Greater Texas, Ken Lambrecht, en un comunicado remitido a Efe.
Desde este martes, en aplicación del resto de la ley, los médicos no podrán practicar abortos a partir de las veinte semanas de gestación en Texas, otro elemento contemplado y aprobado en la ley.
La ley defiende la restricción a partir de la semana 20 porque en ese periodo previo «la mujer tiene el tiempo adecuado para decidir» y porque la medida no es aplicable a los casos en que está en peligro la salud de la madre, establece la norma estatal.
Para sustentarlo, la ley HB2 destaca que hay «evidencias médicas sustanciales que reconocen que un nonato es capaz de experimentar dolor a partir de las veinte semanas desde la fertilización».
De esta manera, el sureño estado de Texas se suma a otros ocho estados con limitaciones temporales para el aborto a partir de la vigésima semana, como Alabama, Arkansas o Luisiana, según un estudio del centro especializado Guttmacher Institute.