(Diócesis de Málaga/InfoCatólica) El escrito de este grupo de al menos 100 padres, además de rechazar «cualquier forma de discriminación por razones de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social», señala que el menor implicado en el caso «es conocido por todos y siempre ha sido querido y respetado por alumnos y profesores en su especificidad. Todas las niñas y niños son únicos».
No se ha pensado en el bien común de todos los niños
No obstante, muestran su rechazo a la decisión «pues se ha oído sólo a los padres del menor y en ningún momento se ha consultado con el resto de padres de una comunidad educativa compuesta por más de 800 familias». Señalan, asimismo, que suponen que «en este proceso se ha buscado el bien del menor, con lo que estamos totalmente de acuerdo, pero no se ha pensado en los posibles efectos que esta decisión, en nuestra opinión arbitraria, puede provocar en el normal desarrollo social y psicológico del resto de los alumnos del centro», puesto que «no conocemos ningún informe psicológico ni psiquiátrico que nos garantice que la «normalización» de una situación tan sumamente excepcional no vaya a afectar al correcto desarrollo y formación integral de los compañeros de clase, patio y centro en edades tan críticas»
En su escrito, cuyo texto íntegro pueden descargar al final de esta información, manifiestan también su malestar por una decisión tomada «desde los despachos», cuando nadie conoce «como conocemos las familias del centro, las circunstancias que concurren en el problema. Nadie quiere más al niño y a su familia que quien comparte con ellos el día a día: sus profesores, sus compañeros de clase y los padres de los mismos».
Actitud peligrosa para el menor afectado
Se apoyan en opiniones de psicólogos recogidas recientemente en medios de comunicación locales para argumentar que «dada la opinión de los expertos que señala que en edades tan tempranas como la del alumno en cuestión no es recomendable incentivar estas conductas, creemos que aceptando la opción de los padres por feminizar al niño lo máximo posible podríamos estar apoyando implícitamente una actitud, en el futuro negativa para el menor de la que no queremos ser cómplices». También recogen la opinión de una persona transexual que recientemente señalaba en prensa que «el hecho de que se acepten las peticiones de las familias «no podrá evitar que se le discrimine» por lo que la presión a la que se está viendo sometida el centro por parte de la Delegación «No sería más que un gesto político de cara a la galería que no garantizará necesariamente el bien del menor, nuestro primer interés».
Por último, solicitan, además de ser escuchados por la Delegada, que no se utilice a los niños del centro como «conejillos de indias» para experimentos de integración no suficientemente avalados por informes médicos, psicológicos y judiciales»
Palabras del obispo
El Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá hizo también referencia el pasado jueves a la normalidad con la que este alumno viene acudiendo cada día a clase en este centro: «el niño está asistiendo de forma normalísima, el ambiente es normalísimo y no ha habido dificultad. Lleva 5 años asistiendo como niño al colegio y lo lógico es que siga así, claro».
El texto completo del escrito enviado a delegación puede descargarse aquí.